Saliendo de Jumilla a dos kilómetros en dirección Murcia, antes del enlace con la carretera nacional 344, al llegar a la altura de Bodegas Miguel Guardiola, nos encontramos con un desvío a la izquierda que indica El Carche, es la entrada al Valle, en esta carretera, en apenas once kilómetros nos encontramos también con la Bodega Carchelo, con la Bodega Hacienda del Carche y al final con la Bodega Casa de la Ermita.
Esta bodega se fundo en 1999 y a pesar del poco tiempo transcurrido desde su nacimiento ya se ha convertido en una de las bodegas con más peso específico de la denominación de origen Jumilla.
Al entrar en el recinto cerrado de la bodega lo primero que nos encontramos es el olivo centenario cuya figura aparece en todas sus etiquetas de los vinos de la marca Casa de la Ermita.
El edificio que encontramos después es el lugar donde se recibe a las visitas, en el existe una organización para enseñar las instalaciones de la bodega, los campos de los alrededores, incluida la parcela de variedades experimentales como la touringa nacional, caladoc, rousanne y marsanne, con las que se realizan microvinificaciones para encontrar nuevas fórmulas de elaboración para sus vinos.
La bodega cuenta con las mejores instalaciones de gran capacidad de elaboración, con sistemas de frio incorporadoas a los depósitos y bombas de remontado fijas en cada uno de ellos. Existe una ampliación de la bodega, de mayor tamaño que la original, que se encuentra en el otro lado del valle, en la ladera de enfrente de la bodega, ya que esta que enseñan a las visitas se ha quedado pequeña ante la fuerza de crecimiento de la empresa.
El parque de barricas es de 4.200, de las que 800 se encuentran en las instalaciones antiguas que visitamos. Barricas que se van renovando cada cuatro años aproximadamente, con el fin de no saturar los poros de la madera y que así la oxigenación del vino durante el tiempo de la crianza sea lo mas homogéneo.
Las variedades que cultivan de forma habitual son Petit Verdot, Viogníer. Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Merlot, Syrah y Monastrell.
La monastrell es la variedad autóctona de la zona, de la cual han conseguido convertirla en una variedad apreciada para la elaboración de vinos de calidad y abandonar el destino que ha tenido durante muchos años que no era otro que la obtención de vinos a granel, para usar en el reforzamiento de otros vinos a los que les aportaba color y grado. La monastrell es una variedad que sin control da vinos de mucho grado, con la fermentación controlada mediante sistemas de frío se consigue que no sobrepase los 13 ó 14 grados alcohólicos.
Otras variedades que han dado un resultado excelente, gracias a la extraordinaria adaptación a los suelos y clima de Jumilla, son la variedades francesas petit verdot y la viogníer, de las que esta bodega está elaborando unos vinos varietales de gran calidad.
La bodega elabora dos líneas de vinos, la gama alta que es la denominada Casa de la Ermita, del que se hace un cosecha joven, un crianza, un reserva, los de cultivo ecológico, joven y crianza, el petit verdot, el viognier, un rosado de monastrell y garnacha, el tinto dulce de monastrell y el dulce blanco de viogníer.
La segunda línea de la bodega se etiqueta como Monasterio de Santa Ana y elabora monovarietales con crianza de monastrell, cabernet sauvignon, syrah y merlos, además de uno de agricultura ecológica.
Sin duda una amplia gama de vinos para todos los paladares, pero manteniendo un nivel de calidad bastante aceptable, incluso en los de su segunda marca.
La visita resulta muy agradable, primero por la simpatía y saber hacer de Juani, encargada de recibir y acompañar a las visitas durante todo el recorrido, y por que además se finaliza con una cata de los vinos, acompañada posteriormente de una degustación de quesos de la zona y algún acompañamiento más.