El talento no puede permanecer oculto
Cristóbal González es un cocinero que hace dos años (2015) se estableció en un local en el centro de la localidad de Pedreguer, en su cocina ha sabido combinar perfectamente lo tradicional con las nuevas tendencias, sin caer en esa vorágine de técnicas estrambóticas que, según mi criterio, solamente sirven para que algunos disfracen su falta de ingenio copiando a los grandes. La cocina de Cristóbal transmite autenticidad.
La sala del restaurante es clara, sencilla y con toques caseros, como esa chimenea del fondo. La barra le da una nota armónica de color al conjunto. La carta me pareció muy equilibrada en su estructura. Bastantes platos de entrada, tipo tapas, con mucha presencia de cocina típica de la zona, como "les coques de dacsa" o "minxos" de gamba, los figatells, pero también sorprende con unas alcachofas thai o un roast beef con salsa tártara. Una segunda parte de ensaladas nada convencionales, como de ventresca con frutos rojos o de atún con granizado. El tercer apartado de la carta lo componen unos platos contundentes de carne o pescado. Después platos de encargo, como pueden ser arroces, cous cous o fideuà. Y al final los postres. Como dije una carta pensada con la cabeza, según mi criterio, la cual permite al comensal estructurar fácilmente un menú a su gusto. En mi caso elegí cinco tapas, una carne y un postre. La carta de vinos no es muy extensa pero está bastante diversificada.
La primera de las tapas era una base de cocina de La Marina, la típica "coca de dacsa" de anchoa, pero reforzada con el toque fresco que le aporta el guacamole. El queso tierno, a pesar de las apariencias, estaba sabroso. Un principio prometedor.
Una segunda "coca de dacsa", pero esta era una reinterpretación de la famosa "gamba amb bleda". Había gambón y la acelga había mutado en una espinaca crujiente. Seguimos por buen camino.
Las típicas y modestas alitas de pollo ¡engañan!, están muy crujientes y muy buenas. Acompañadas de mayonesa y salsa brava. Con decir que fue uno de los platos que más me sorprendió.
La alcachofa thai hecha primero a baja temperatura y luego frita para darle un toque crujiente, acompañada de salsa de curry rojo y salsa de soja. Original.
"Malcriat". Sobre una base de tomate fresco rallado, pan frito, atún marinado y pasado ligeramente por la plancha, napado con salsa y acompañado de aceituna seca rallada y olivada. Un gran plato.
Terrina de rabo de ternera, cocida con vino y brandy, acompañada de una salsa española. La carne se deshacía y la salsa le daba un punto de potencia.
Terrina, esta vez de cordero, elaborada como la anterior. También muy sabrosa y con las mismas características de la de ternera.
Cremoso de chocolate blanco, chocolate con leche, helado de vainilla y un brownie extraordinario que estaba espectacular.
Este restaurante debe figurar en todas las agendas de los que frecuentan la zona, no se puede pasar por alto.
Brou bar & restaurant. Calle Cova Santa 2. Pedreguer. Teléfono 965 761 173