Este restaurante es toda una institución en Valladolid. Pedro y Roberto, padre e hijo, llevan las riendas del negocio con mucha magia. Ofrecen una buena cocina, sencilla y de calidad, y una mejor bodega. Las existencias de vinos que tienen a disposición de sus clientes son míticas, auténticas joyas enológicas que hacen las delicias de cualquier aficionado y te hacen subir varios peldaños en tu disfrute en esta materia. Pero por lo que más destacan es por el gran recibimiento que ofrecen y la magnífica atención que te dispensan en tanto estás en su terreno. Una oportunidad que no debes dejar pasar a la primera ocasión.