Restaurante de gran nivel en todos los sentidos, por la calidad de la materia prima y sus elaboraciones, por la profesional atención de su personal y por las instalaciones que están muy bien pensadas y bien resueltas. Mesas de buen tamaño y bien equipadas. Sorprenden las propuestas de la carta, hay que recordar que está asesorado por Nacho Romero de Kaymús. Al frente de la cocina está Ricardo González, una garantía. La cocina está abierta y acristalada pero las dimensiones del local hacen que solo los que estén en las mesas de al lado puedan ver como se desenvuelven los cocineros. Los precios se corresponden con el nivel del restaurante, no son caros, son adecuados, lo que pides vale lo que cuesta, para que sepas a lo que vas.