Las tapas ya no están ligadas solamente a las barras, afortunadamente, en cualquier lugar se puede hacer una comida completa, sentado en una buena mesa, con toda la comodidad del mundo, disfrutando de esa costumbre tan española que es comer pequeñas cantidades de variados y apetitosos platos. Para mí es la forma más entretenida y satisfactoria de comer. Alternar sabores y texturas hace que el paladar viaje por una montaña rusa de sensaciones gustativas ¡Es fantástico! Esta es la experiencia que viví en Tapearte. Una cocina bien concebida, con una carta atractiva y muy sugestiva. Es un lugar en el que los detalles están muy cuidados. La cava resulta muy atractiva, ya que dispone de una amplia gama de referencias. Empezando por ese Flor de Pingus que está situado arriba a la izquierda y continuando por el Roda, el Artadi, el Cirsion, o casi cualquiera de los otros que los acompañan. La carta de vinos es bastante amplia y muy bien elaborada.