Foto: Bavaria
Hasta ahora solo había probado cervezas pilsen, clasificadas dentro del tipo Lager, ya que entre otras cosas son las más habituales en los comercios. Pero dijimos que existen las denominadas tipo Ale, que son cervezas de fermentación alta, dentro de este tipo existen muchas variedades, pero entre ellas destacan las cervezas trapenses.
Estas cervezas son las que todavía se elaboran exclusivamente dentro de monasterios trapenses y por monjes de la orden. Son cervezas que cuentan con una denominación de origen propia, y llevan la inscripción " authentic trappist product " que garantiza el origen de la cerveza. Solamente quedan seis monasterios que elaboran esta cerveza en Bélgica y uno en Holanda. Las cervezas belgas son Chimay, Orval, Rochefort, Westmalle, Westvleteren y Achel y la cerveza holandesa es La Trappe.
Existen otros monasterios que elaboran cervezas pero no son trapenses.
Había muchas más cervezas trapenses pero muchos monasterios, por las razones que ellos sabrán, vendieron la patente y la fórmula a fábricas cerveceras y éstas, que no se pueden etiquetar como trapenses, ya que se fabrican fuera de los monasterios, han adoptado la denominación de "cerveza de abadía". Entre ellas hay algunas muy famosas como la Lefte, Grimbergen, la Maredsous y la Aflligem, y en España "Legado de Yuste".
Ayer me decidí a probar una de estas cervezas trapenses, en concreto la Orval. Es una cerveza de triple fermentación. Dos se realizan en depósito y una tercera en la botella, por la adición de levaduras nuevas y azúcar, por eso es una cerveza que sigue evolucionando incluso en nuestra casa. De hecho, parece que se embotella con 5,2º y puede llegar a alcanzar los 7,2, depende del momento en que se consuma, ya que puede guardarse durante cinco años, por eso se etiqueta con un valor promedio de 6,2º. Esta que me he bebido podía "aguantar" hasta el año 2013, pero yo no.
Es una cerveza que no se debe consumir fría, yo lo hice a 18º, aunque se recomienda beberla entre 12º y 14º, ya que ese parece el mejor punto para obtener un sabor y aroma más equilibrado.
Esta cerveza empieza a dar señales de vida nada más quitarle la chapa, ya desprende aromas a lúpulo, anunciando su posterior amargo intenso en boca.
Tiene un color cobrizo muy cerca del marrón o bien naranja muy oscuro, dependerá de cada botella, según el tiempo que lleve elaborada. Es una cerveza turbia por las levaduras añadidas en el momento de la expedición. Es lo mismo que le ocurre a un cava antes del degüelle para eliminar los restos de levadura.
Se debe servir en copa de boca ancha, tal como figura en la etiqueta de la botella.
Produce una espuma muy abundante pero que dura poco en la copa, es de color tostado y bastante aromática.
Sus aromas van evolucionando en la copa, igual que sucede con los buenos vinos, se nota que es un producto vivo. Por eso el contenido de cada botella depara una sorpresa, ya que es difícil encontrar dos iguales. Al principio predominan los aromas del lúpulo y la malta, las levaduras y el caramelo. Después se aprecian sabores de fruta compotada o asada, frutos secos y regaliz.
Es una cerveza que en la boca se manifiesta con rotundidad, un sabor amargo intenso del lúpulo y larga persistencia en la boca.
Solo puedo añadir que se trata de una gran cerveza. Nada que ver con las que habitualmente estoy bebiendo.