Esto de las cervezas es como las cerezas, tiras de una y empiezan a salir un montón más que no conocías. Esto es lo que me está pasando, probé la cerveza artesanal Rosita, gracias a DAVINCI y después de ella me aparece, por sugerencia de Enrique, la Moska de Girona, ahora me encuentro con la Moritz, Glops, La Pubilla, y muchas otras. Afortunadamente me puedo proveer de casi todas ellas en Bodegas Santander, que además de vinos tiene un buen repertorio de cervezas nacionales y de importación.
Pues bien hoy 8 de abril, (si que me ha cundido la tarde, cata de cerveza, torta y restaurante) he decidido probar una moska (que mal suena), he abierto La Moska de Girona negra. Parece ser que la mosca es un animal ligado a las tradiciones de Girona.
Es una cerveza de solo 4º, lo cual facilita el poder tomar más de una. Es de fermentación alta, el sistema de alta fermentación, se produce con levaduras añadidas (saccharomyces cerevisae) y a una temperatura de entre 15 y 25 grados centígrados, estas levaduras flotan en lo alto del tanque y ahí es donde se realiza la fermentación.
Está elaborada con cebada, lúpulo, agua, levaduras y miel. Sí otra con miel.
Es de un color marrón que recuerda el color del café, pero no es muy intenso, no es como una Guiness. Es algo translúcida a la luz, que no transparente. Tiene presencia de posos por las levaduras de la segunda fermentación en la botella, pero no molestan en la boca. El carbónico es escaso y muy bien integrado, se nota en la boca pero no en el estómago, otra razón que permite tomar más de una.
La espuma es de un color crema, abundante al servirla pero que va reduciéndose con rapidez hasta quedar reducida a un disco que, este sí, es persistente, dura hasta el final.
Los aromas son abundantes, primero destaca el tostado de la malta, junto con aroma de regaliz negro, después el cereal y las levaduras. También se perciben en segundo plano aromas de café, ciruelas pasas y caramelo. Al final aparece la miel.
En la boca tiene un principio potente, destacando el amargor del tostado, pero en los siguientes tragos va dejando paso a otros sabores, llegando a tener una entrada dulce y un final amargo ya propio del lúpulo.
Tiene un cuerpo medio y una persistencia medio-larga.
Es una cerveza que se puede beber bien, es una negra suave que deja un buen sabor en la boca.