Cena de cocina china casera.
Cocina china
Tenemos unos amigos con ascendientes de origen chino y nos invitaron a cenar en su casa una típica cena de cocina china casera. Toda una experiencia para mí, ya que en general los restaurantes me resultan todos muy similares entre sí, esta era una oportunidad fantástica para conocer en primera persona como es este tipo de cocina en casa.
La cena empezó con unos saquitos de pasta brick rellenos de gambas y puerros. Iban acompañados de una salsa de aceite de sésamo y soja.
Aunque estaban fritos, el punto de grasa era correcto y presentaban una textura externa crujiente. En la boca la gamba estaba jugosa, poco hecha, seguramente se había rellenado el saquito con el puerro pochado y la gamba cruda, con lo que solo recibe el calor de la fritura de la pasta brick. Buena combinación de sabores de la gamba y el puerro.
El segundo plato se llamaba Thiosr de cerdo y verduras. Es un pastelito salado relleno de carne de cerdo que se cocina al vapor. Se venden ya preparados en tiendas especializadas. Resulta un bocado tierno y sabroso, difícil de describir.
Después unas gambas picantes con curry rojo, leche de coco y sésamo tostado. Excelente el plato y sorprendente el curry rojo. El curry es una mezcla de especias picantes, desarrolladas en las cocinas asiáticas. El curry tiene una clasificación básica por el color; amarillo, el más popular, rojo y verde. No obstante no existe una única receta para cada uno de estos, ya que se admite cualquier mezcla de especias que tenga como base la cúrcuma, en el caso del curry amarillo, que es el más popular para nosotros. El rojo tiene como base principal la guindilla roja.
Continuamos con un plato de cerdo asado de la zona de Manchuria, elaborado con vino de arroz, jengibre y anís estrellado. Un bocado con gran complejidad de sabores. La cocina manchú está basada en gran medida en platos abundantes y contundentes, debido a los duros inviernos que padecen sus habitantes, ya que Manchuria se encuentra situada en el noreste de China.
El siguiente plato consistió en col china con hongos. Las setas chinas, de nombre shiitake, son muy apreciadas por sus propiedades anticancerígenas. Al margen de esto, a mí me pareció un plato muy apetitoso y que me comí con agrado.
El último de los platos de la cena consistió en unos clásicos tallarines con verduras. Dentro de la sencillez de este plato me resultó agradable de tomar. Desconozco como se han elaborado, pero es bastante probable que se salteen las verduras en el wok, y después se añadan los fideos ya cocidos y se continúen salteando con las verduras, con un poco de salsa de soja y algo de vino de arroz.
Para darle un toque internacional a la cena, se sirvieron unos quesos, parmesano y roquefort.
Los vinos que acompañaron a la comida fueron bastante variados. En primer lugar un Viña Tondonia. Clásico como hay pocos, fiel a su línea. Un Rioja de toda la vida.
Después un Matsu, el denominado Recio, que equivale a un crianza. Zona D.O. Toro. Un gran descubrimiento.
Para finalizar bebimos un Finca L’Argatà de la D.O. Montsan, a la altura de los anteriores.
Con los quesos y los postres tomamos un moscatel de naranja muy interesante.
Acabamos la comida con unas originales fresas con chocolate.
Y, cómo no, las imprescindibles galletas de la fortuna de una típica comida china.
Una velada excelente, en la que tuvimos la suerte de probar la auténtica cocina china de elaboración casera.
Fotografías: © Paco Palanca / Instagram: @ojoalplato.blog / Facebook: @ojoalplato /Twitter: @ojoalplato /Twitter: @pacopalanca