Con motivo de la cena de los socios de Valencia del Club Pasión Habanos, se hizo la presentación de la serie Open de Montecristo, o viceversa, tal vez para hacer la presentación se organizó la cena. No importa, lo esencial fue el resultado.

Al entrar en el restaurante La Cuina de Boro nos encontramos con una maestra torcedora de la fábrica Romeo y Julieta de La Habana, Judith Álvarez, que elaboraba cigarros en directo en la misma sala. Nos explicó como era el sistema de formación para llegar a ser “tabaquero”. Dijo que es un proceso que dura aproximadamente nueve meses, dependiendo de la destreza de cada uno. También describió los pasos que se siguen para elaborar un cigarro y los controles de calidad a que son sometidos. La remuneración del tabaquero está en función de los cigarros “válidos”, elaborados cada día.

El primer contacto con los cigarros de la serie Open de Montecristo fue degustando en el aperitivo el menor de la gama, llamado Junior. Es una vitola trabuco, con un cepo 38 (15,08 mm de grosor) y una longitud de 110 mm. Tiene una fortaleza medio-fuerte y una buena combustión. Aroma intenso, amaderado, con recuerdos a cedro. El tiempo estimado de fumada es inferior a media hora. Su precio 4,75 euros. Un cigarro adecuado para tomar a media tarde con un cóctel.

En la presentación del acto, el experto en habanos José Andrés Colmena, de Altadis, nos estuvo hablando de los cigarros que se estaban presentando y los procesos de maduración del tabaco y de elaboración de los cigarros en general.

Con el café nos entregaron el Montecristo Open Eagle, la vitola de mayor formato que existe de esta gama, con la longitud de un cañonazo (150 milímetros) y el cepo 54 (21,45 mm) de un sublime. Es un formato no habitual entre las vitolas de los habanos. De fortaleza media, con aromas tostados, ahumados, de frutos secos y café. El tiempo estimado de fumada es de algo más de una hora. Su precio 12,40 euros. Un buen cigarro para fumar con tiempo, despacio, después de una buena comida y acompañado del destilado preferido de cada uno.

Llamó mucho la atención que el Junior tuviese más fortaleza que el Eagle, siendo de un tamaño manifiestamente menor. Prueba irrefutable de que el tamaño no importa ¿o sí? ¡Ya me he liado!

La intervención de Manuela Romeralo, sumiller del restaurante La Sucursal y campeona del mundo de habano-sumilleres en La Habana, en la edición de 2006, se centró en los maridajes de los habanos con los destilados. Nos dijo que ella prefiere llamarle "encuentro", que define mejor lo que hay que buscar. La armonía se puede conseguir a través de la semejanza de sabores o el contraste, como buen ejemplo de ello nos presentó dos destilados, el ron Zacapa de 23 años, que armoniza con los sabores dulces-secos y afrutados del tabaco y el whiskey de malta Talisker, mucho más seco que el ron, que basa su idoneidad con el tabaco en el contraste de sabores. Yo probé los dos destilados y no sabría decantarme por uno de ellos con claridad.

Entre los asistentes, que fueron alrededor de cuarenta socios, de los aproximadamente 1200 que hay en Valencia, había muy buen ambiente, como se puede apreciar en la imagen.

Fue una velada muy interesante en la que pudimos disfrutar de comida, vino, tabaco y destilados de gran calidad. Todo un homenaje a los sentidos.