En el periplo de restaurantes semanal hoy tocaba cocina alemana, por eso reservamos en la cervecería Baden-Baden, situada en la Gran Vía de las Germanías número 33, en Valencia 46006 en pleno barrio de Ruzafa. Teléfono 963 573 759.

Es un local con las paredes forradas de madera y decorado con jarras de cerveza y motivos alusivos a distintas marcas comerciales. Las mesas son poco cómodas, ya que los asientos son bancos de madera adosados por el respaldo sin posibilidad de cambio de postura. No hay manteles y las servilletas son de papel. No olvidemos que estamos en una cervecería, donde el protagonista es la bebida, aunque dispone de una carta con platos típicos alemanes para acompañarla. Sin duda lo que más aceptación tiene son las salchichas y alguna variedad de ensalada

Como es lógico empezamos tomando cervezas. Habitualmente suelo pedir una tostada, en este caso de grifo, desconozco la marca puesto que la que figuraba en la factura no puede ser. Decía que era  Clausthaler, cuando esta es una cerveza sin alcohol. Gracias al comentario de Rosana he salido del error en que estaba. Gracias Rosana. Es una cerveza de un color cobrizo, debido al tueste medio de la malta, que es más intenso que el de las cervezas rubias y menos que el de las negras. A mi me parecen muy sabrosas.

Empezamos la comida con un surtido de ensaladas. Una de arenque, otra de patatas y la tercera de fiambres con pepinillos. Todas muy típicas alemanas.

El siguiente plato que pedimos fueron salchichas. En Baden Baden tienen un buen producto de esta especialidad. Primero tomamos una salchicha especiada que tiene por nombre thueringer bratwur. Va acompañada del puré de patatas y la especialidad de col denominada chucrut. La encontramos bastante sabrosa.

La otra salchicha que tomamos era picante, hay que decir que son de muy buen tamaño, su denominación bockwurst Frankfurt. Llevaba el mismo acompañamiento. No estaba picante, a pesar de su nombre, pero si buena.

Después teníamos encargado un codillo asado, pero no salió bueno y lo devolvimos. No nos lo cobraron.

Para tomar el codillo pedimos una botella de vino, aunque la carta no es muy extensa, lo cual es hasta cierto punto lógico, ya que casi nadie toma vino en esta cervecería. Pedimos un crianza Enate 2004, que no suele defraudar. Tenía muy buen precio (11,95 euros)

En sustitución del anterior pedimos un codillo al estilo alsaciano. Va cocido y acompañado de la col fermentada (chucrut). Éste si que estaba bueno.

De postre pedimos un strudel. Es un pastel de hojaldre relleno de manzana y aderezado con canela y otras especias. Estaba bastante bueno. Teniendo en cuenta la materia prima, el precio me parece ajustado, pagamos 25 euros por persona, todo incluido, cervezas, vinos y cafés. Local ideal para disfrutar de una buena variedad de cervezas, bien tiradas las de grifo y una amplia carta en botella.