San Miguel ha vuelto a sacar una cerveza especial, la Selecta XV, ya hubo una Siglo XV y después una denominada Nostrum. Pero ambas desaparecieron y ahora vuelve la  Selecta  XV. Según dice la propia marca, en la botella, a la que le han dado un aire muy estilizado, se indica que está elaborada con tres maltas y tres tipos de lúpulo. Además de haber sido madurada en bodega.

Es una cerveza de las denominadas premium. Tiene 6,2º de alcohol, lo cual ya le distingue de la mayoría de lagers del mercado nacional. Tiene un color intenso de tono cobrizo, con reflejos dorados, es una cerveza de color limpio sin turbidez. El anhídrido carbónico que se genera al servirla es de burbuja gruesa, que se adhiere al cristal, pero esto es más un efecto del cristal que de la propia cerveza, ya que al agitarla un poco, este CO2 se desprende, no vuelve a aparecer y nos presenta una cerveza con poco gas, lo cual es de agradecer. La espuma es abundante al principio, de consistencia esponjosa y desaparece poco a poco, dejando una fina capa blanca en la superficie. Va dejando marcas de nivel en el cristal. El primer aroma que he percibido es a paja seca, también a la levadura y la malta, pero el que más me ha llamado la atención ha sido el primero. Cuando ha transcurrido media hora aproximadamente he empezado a notar aromas dulzones, como almíbar, tal vez del grano, algo de fruta muy madura y al final unos suaves tostados. En la boca es una cerveza con cuerpo medio alto, amarga y con una persistencia en la boca de intensidad media. Deja un posgusto algo dulce en la punta de la lengua y amargo al fondo. Es una cerveza que no me acaba de llamar la atención, es buena, intensa, pero le falta algo de personalidad o de estructura, no acabo de saber que es. Recuerdo que la siglo XV me gustaba más que esta, tal vez no había probado tantas como ahora. Pero de aquella tengo un buen recuerdo.