Estamos ante una cerveza de abadía de las más extendidas por España. Se encuentra en bastantes tiendas especializadas y supermercados. Hay varios tipos rubia, doble, triple, optimo bruno y cuveé de l'ermitage. Aunque se encuentran casi todas, pero la más fácil de comprar por aquí es ésta, la doble.
Se presenta en una botella rechoncha, a mí me resulta agradable, con una bonita etiqueta en tonos rojos, con una vidriera en azul en la que se aprecia un águila. Lleva una leyenda escrita que significa algo así como “Quemada pero no destruida”. Parece ser que sufrió varios incendios de los cuales siempre volvió a ser reconstruida.
Ésta tiene un precio que ronda el euro y medio. Para la calidad que tiene no me parece cara, aunque no es para tomarla todos los días.
Como he dicho se trata de una cerveza con segunda fermentación en botella, tipo ale, es decir de fermentación alta, tanto por la temperatura de fermentación como por la zona del tanque donde se produce ésta. Tiene 6,5 grados, es por tanto una cerveza de fortaleza media-alta.
Está elaborada con cebada y trigo, originalmente se fabricaba en una abadía de Bélgica, en la población que lleva su nombre, muy cerca de Bruselas. Como ahora se hace fuera del monasterio no puede llamarse trapense y está catalogada entre las cervezas de abadía. Estas cervezas son las que partiendo de una fórmula original elaborada por los monjes, fue vendida a una empresa laica y se hace del mismo modo pero sin la supervisión del personal del monasterio.
En la copa es de un color rojizo-marrón. Con una espuma de color tostado o crema, de consistencia ligera y esponjosa, con ojos grandes, que se reduce rápidamente quedando en un circulo fino, con ojos pequeños. Con el tiempo desaparece quedándose solo en un anillo.
El carbónico, que al principio se aprecia en la copa no es propio de la cerveza, sino que procede de una reacción con el cristal, enseguida desaparece y tiene un carbónico muy ligero y muy bien integrado en el líquido, característica muy genuina de las cervezas con doble fermentación en botella. Yo aprecio mucho ésta cualidad, pues este tipo de carbónico no produce sensación de hinchazón en el estómago y se tolera mucho mejor.
En cuanto a sus aromas es una cerveza muy compleja, que va evolucionando muy bien en la copa conforme va adquiriendo temperatura. Por esta razón no se debe tomar muy fría. Se aprecian al principio aromas tostados, caramelo, levadura de panadería, cereal y afrutado.
Cuando ha evolucionado se aprecian aromas de café y chocolate, muy suaves y agradables.
En la boca es de cuerpo medio, golosa, algo dulce en la entrada y un ligero amargor al final.
La persistencia de su sabor en el paladar es medio-largo.
Una buena cerveza para tomar como una copa de trago largo. Me parece que acompañará muy bien a los quesos.
Como he dicho es fácil de encontrar en muchos supermercados y tiendas especializadas.