Para la mayoría de nosotros cuando se habla de curry pensamos en una especia de origen indio, aunque realmente el polvo de curry es en realidad un combinado de especias. Si lees los ingredientes de esos botes que venden en los supermercados te sorprenderás de ver la cantidad tan variada de especias que lleva. Ésta fórmula  varía bastante de unas zonas a otras de la India, incluso de unas familias a otras, muchas tienen su fórmula particular que transmiten de padres a hijos, aunque no creo que llegue a ser un secreto de estado.

Guindillas secándose en casa.

Sin embargo cuando se habla propiamente de curry se habla de distintas preparaciones en las que intervienen una serie de ingredientes y condimentos muy diferentes. Son en realidad un tipo de platos que integran una salsa especiada con unos elementos muy diversos como marisco,  pollo,  legumbres,  hortalizas, pescado, verduras, etc. Y que fundamentalmente se usaban para acompañar al ingrediente principal: el arroz. En la cultura occidental el arroz se ha convertido en la guarnición del curry.

Para elaborar este curry de langostinos, es decir una salsa a la que se le añade el marisco, hemos utilizado los ingredientes siguientes para cuatro personas:

Una selección de especias. En esta ocasión hay 1 cucharada de café (cc) de curry, propiamente dicho, 1 cc de comino molido, 5 vainas de cardamomo, ½ cc de canela y 1 cc de cúrcuma. Podrían utilizarse otras muchas, pero a fuerza de ensayar esta combinación he comprobado que da buen resultado.

Otro ingrediente fundamental para mí, es el pimiento picante, conocido como guindilla, cayena o chile. Para enriquecer la mezcla he puesto uno verde tierno y otro rojo seco (de los que tengo colgados en la cocina, en la primera foto) Si no tenemos enteros se puede utilizar cayena molida.

El resto de ingredientes son: abundante cebolla (1 kg), tres cucharadas soperas (cs) de tomate frito, 5 dientes de ajo, un trozo de jengibre de 5 cm y 200 ml de leche de coco. Si no se tiene jengibre fresco, se puede utilizar en polvo. La leche de coco se encuentra en algunos supermercados y en algunos ultramarinos de barrio.

También hace falta medio kilo de langostinos crudos, lógicamente.

En primer lugar se pica la cebolla, se trocea el ajo y se ralla el jengibre.

Se pone la cebolla a sofreír con el cardamomo, los ajos y las guindillas. El cardamomo se puede retirar antes de triturar los ingredientes para hacer la salsa, ya que las semillas, de color negro, pueden molestar a alguno de los comensales, yo las suelo dejar en la salsa.

En el punto en que la cebolla esta transparente se añade el tomate frito y después las especias, para que se guisen un poco (2 minutos).

Cuando consideremos que la cebolla esta sofrita, se incorpora la leche de coco y se deja cocer unos cinco minutos a fuego muy suave.

Mientras tanto habremos pelado los langostinos.

Después de transcurrido el tiempo indicado se trituran todos los ingredientes y se lleva de nuevo a ebullición suave. A continuación se añaden los langostinos y se apaga el fuego medio minuto después, para que se cuezan sólo con el calor residual de la salsa.

Se sirve acompañado de un poco de arroz basmati, aunque ya sabemos que originalmente era al revés.

Tengo que deciros que salió buenísimo.

Si sobra algo, al día siguiente está mejor todavía, por lo que aconsejo que hagáis bastante cantidad.