Esta preparación  está a medio camino entre una tarta y una espuma, ya que resulta muy esponjosa y carece de harina entre sus ingredientes. Vamos que no es un bizcocho pero lo parece. Además es muy fácil de hacer, se podría calificar como para principiantes.

Los ingredientes utilizados han sido, una cucharada de café soluble, una cucharada de chocolate en polvo sin azúcar, 150 gramos de chocolate fondant, 125 gramos de mantequilla, 4 huevos, una pizca de sal y un poco de leche.  Hace falta un molde de unos 25 cm de diámetro. La receta lleva 100 gramos de azúcar, pero yo no le he puesto “nada” y me gusta como ha salido. Los muy golosos que se la pongan. Además para los muy cafeteros recomiendo dos cucharadas de café soluble. Lo primero es precalentar el horno a 150 grados. Yo lo pongo a 175 y en el momento de poner la tarta lo bajo a 150 para compensar la apertura de la puerta.

Se engrasa el molde con mantequilla y se espolvorea con el chocolate en polvo. Fundimos, al baño maría a fuego medio, la mantequilla con el chocolate fondant y el café disuelto en dos cucharadas de agua caliente.

Cuando esté todo fundido lo ponemos en un recipiente para que se enfríe y no os cuaje las yemas de huevo al mezclarlos.

En otro recipiente trabajamos las yemas con un chorrito de leche, como tres cucharadas, a la máxima velocidad de la batidora hasta que se vuelva la mezcla de un color claro. Mezclamos el chocolate con las yemas, el primero sobre las segundas, poco a poco para evitar el golpe de calor por si no se ha enfriado bastante.

Montamos las claras a punto de nieve, con la velocidad más alta de la batidora. Se les añade la pizca de sal que favorece el montado.

Las claras a punto de nieve se mezclan con la del chocolate y las yemas, las primeras sobre las segundas, con cuidado y despacio para que no se pierda la textura de las claras. Hay que recordar que el montado de las claras se produce por la inserción de burbujas de aire en ella, por lo que cuanto más la mezclemos de nuevo más se pierde la consistencia.

Ponemos el compuesto obtenido en el molde y lo horneamos durante 35 minutos aproximadamente. Hasta que el centro de la masa salga limpio al pincharlo con un palillo de madera.

Servir fría, después de dos horas en el frigorífico. Está estupenda. Lo mejor es que no la guardeis mucho tiempo, tiene tendencia a secarse en el frigorifico. Guardadla protegida, sobre todo si teneis un "no frost". Yo cuando está un poco seca la rocío con ron, cointreau o brandy, se vuelve otra vez esponjosa y mas dicharachera.