Esta receta es tan simple y tan espectacular que no os vais a resistir a probarla.

Los ingredientes los tenéis en la foto, pero para facilitaros las cosas os diré que son 300 gr de huevos, 200 gr de mantequilla blanda, 150 gr de azúcar glass, 110 gr de harina, una pizca de canela, otra pizca más grande de cacao amargo en polvo, 250 gr de chocolate negro, cuanto más puro mejor y una mini pizca de sal.

Se mezcla la mantequilla, el azúcar y los huevos, cuando se ha mezclado todo bien se añade la harina, la canela y el cacao en polvo, seguir batiendo hasta homogeneizar. Se funde el chocolate al baño maría. Juntar con la mezcla anterior y la sal, batiendo bien.

Elegir unos moldes que no sean los de flan, pues resultan demasiado anchos. Son preferibles moldes que sean más altos que anchos. Engrasarlos bien con mantequilla y rellenarlos con la masa dejando un dedo libre para el crecimiento de la masa en el horno. Llegado a este punto lo mejor es decidir preparar los moldes el día anterior, porque la mejor solución ahora es congelarlos, por eso interesa hacer una buena cantidad pues este postre se puede guardar congelado hasta su utilización y tener siempre en el congelador para un momento especial. Este postre es muy afrodisíaco.

Ahora viene la parte complicada, el horno. Como no hay dos iguales os diré lo que he hecho yo, y vosotros intentáis adaptarlo a las características del vuestro. Yo cuezo los coulants congelados a 200 grados durante 10 minutos, después los dejo en reposo durante un par de minutos y los sirvo.

Para chuparse los dedos.