Sábado por la noche, por segunda vez en el Restaurante Alquería del Brosquil. La primera fue a mediodía del domingo, recién abierto el local. En esta ocasión, tres meses después, quise probar los platos de la noche.
Las indicaciones para llegar están en la anterior entrada. Está a escasos diez minutos de Valencia.
El ambiente estaba animado, en contraste con otros restaurantes, que en estos tiempos que corren suelen estar casi vacíos. Para mí eso es un buen indicador. Cuando llegué había dos mesas libres que se llenaron al poco de estar allí. Aconsejo reservar, pues ir y no tener mesa debe ser molesto.
Éramos dos personas, de entrada pedimos las tellinas a la plancha. Las únicas que conozco que no tienen arena de playa en su interior. Pensando en lo que venía después decidimos no acabarlas, la ración era excesiva.
Después una torta de pescaditos, similar a las de camarones, pero con un pescado blanco muy pequeño (no son chanquetes). Estaban muy bien hechas, sin casi harina y nada aceitosas, con un sabor sutil de ajo y perejil. Un plato apetecible y original. Las acompañaban dos albóndigas de bacalao, también muy buenas.
A continuación unas alcachofas a la plancha del huerto familiar. Estaban buenas y tiernas, pero yo las hubiera deshojado un poco más.
Después, fuera de carta, un foie a la plancha, con reducción de pedro ximénez. Correcto de elaboración y presentación. Una ración también generosa.
Para acabar decidimos compartir un solomillo. Como no dije nada salió un poco hecho para mi gusto. La presentación y acompañamiento del plato completísima. Entre un surtido de verduras a la plancha destacaba una terrina con tomate y pimiento verde confitados que estaban excelentes. Sobre todo el pimiento confitado nos sorprendió muy gratamente.
Acompañamos la cena con un crianza 2004 de Bodegas Emilio Clemente, D.O. Utiel Requena. Elaborado con las variedades tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y bobal. Buena relación calidad precio.
Para finalizar un flan de naranja. Me encanta este postre, sale muy bueno y nada empalagoso.
El café se puede tomar, pero deberían mejorarlo.
La conclusión es que se está consolidando muy bien este nuevo local.
El edificio tiene mucho atractivo y el entorno de naranjos y otras alquerías muy próximas, es de los pocos que se conservan en Valencia.