He visitado este restaurante en varias ocasiones y me gusta volver de vez en cuando. Desde el exterior no te imaginas lo que te vas a encontrar al franquear la entrada. Es un local amplio, bien iluminado, pintado con tonos calidos y dotado de buenas instalaciones. Está en la calle Salas Quiroga número 15, 46007 Valencia, teléfono 963 130 290.
Las mesas son de un tamaño excelente, con sillas cómodas y elegantes, doble mantel en las mesas, buena vajilla y unas copas que se pueden mejorar bastante. Como se puede apreciar en la foto la cocina es accesible a la vista de los clientes, para mi siempre es un atractivo ver, aunque solo sea parcialmente, que sucede allí donde se cuece lo que voy a comer.
El cuidado de los vinos es manifiesto, nada mas entrar te encuentras una pequeña barra, que desconozco si se utiliza, y enseguida una impresionante cava de vinos. Hay bastantes referencias y de calidad, con unos precios muy ajustados. Miguel, el propietario nos explicaba que con esos precios ya se puede ganar dinero. Lo pongo de manifiesto para que se enteren algunos que piensan que una botella de vino tiene que darles tanto beneficio como una comida completa.
Nosotros, a la vista de los buenos precios, nos permitimos tomar un Cuvée Palomar de Abadía Retuerta, Sardón de Duero, Valladolid, sin denominación de origen, ni falta que le hace. Precio en carta 28,70 euros. Resultó un vino exquisito, muy complejo en nariz y con un excelente paso de boca, que nos acompaño y realzó perfectamente todos los platos, excepto la ensalada de escabeche como es natural, la cual acompañamos de agua.
La carta no es muy extensa, como corresponde a una buena cocina de mercado, recuerdo, como ejemplo, que había solo cuatro platos de pescado, aunque suelen tener algún plato fuera de la carta. El resto se componía de entradas frías, entradas calientes y carnes.
El servicio es atento y eficiente.
De aperitivo nos sirvieron una croqueta de cocido, crujiente en el exterior y suave y sabrosa en su interior.
Como primera entrada pedimos unos montaditos de steak tartare con huevo de codorniz. Es una elaboración sencilla pero interesante, la carne no resalta tanto como en la receta original al ir acompañada del huevo frito, pero me gusta probarla casi siempre.
Después tomamos una ensalada templada de escabeche de perdiz,aderezada con un buen aceite de arbequinas. Para mi gusto el escabeche estaba en su punto, ya que los sabores fuertes de vinagre a mi me desagradan, este dejaba notar el sabor de la carne. No sé si a mi amigo Enrique le gustó, no llegamos a comentar este plato. Como llevaba el escabeche, cebolla y germinados que parecían de cebolla o ajo, decidimos acompañarla con agua.
De plato principal los dos pedimos bacalao, pero en dos presentaciones distintas. Yo lo pedí al pil pil. El pescado estaba bien, se notaba que era de buena calidad, pero no puedo decir lo mismo de la abundante salsa, parecía que no tenía nada que ver lo uno con lo otro, como si se hubiesen encontrado en el plato en lugar de en la cazuela. La salsa parecía, por su sabor, una simple emulsión de aceite, no se notaba el sabor del ajo, ni de la guindilla ni de la gelatina del bacalao. Además resultaba algo pesada. Una lástima.
Enrique tuvo más acierto que yo, él pidió el bacalao a la brasa, estaba exquisito. Casi siempre las elaboraciones más sencillas, cuando el producto es bueno. son la mejor elección. Iba acompañado de unos espárragos cubiertos de pasta originales y exquisitos, según su testimonio.
De postre yo me pedí piña natural para ayudarme con el pil pil. Es de sobra conocido que la piña por sus características facilita las digestiones, es debido a una enzima llamada bromelina que facilita la transformación de las proteínas. Estaba buena, en su punto de madurez y dulzor.
Enrique se pudo permitir tomar un tiramisú, de buen tamaño, presentado en forma semiesférica. Lo probé y estaba bueno.
En conclusión un restaurante para comer cómodamente, bien atendido y con materia prima de buena calidad. Los vinos son también un punto positivo, por precio y por selección. El coste de la cena por persona, todo incluido, fue de 47 euros.