Ya estoy en Peñafiel, mi primera toma de contacto con el lugar ha sido dentro de un asador. He llegado a mediodía y después de registrarme en el hotel, una ducha rápida y corriendo a buscar el lugar elegido. Como era lunes los dos primero me los he encontrado cerrados, pero no ha importado, la idea inicial era tomar el lechazo asado y de eso hay mucho y bueno en esta ciudad.
He acabado en Asados Mauro, calle Atarazanas 2, 47300 Peñafiel, teléfono 983873014. Si asados, no asador.
El local no es muy grande, pero tampoco pequeño, al entrar se nota un excesivo calor, algo bastante habitual por estos sitios, el aire acondicionado no se usa mucho. En momentos puntuales hace falta, pero a veces si corre aire y hay sombra no se nota el calor, por eso creo que se les olvida ponerlo. Al poco de estar allí, no sé si por mis aspavientos por el agobio que sentía, el aire se puso en marcha y se estaba muy bien.
La decoración es muy rústica, estilo castellano, ¡como no! las mesas para cuatro personas resultan pequeñas, yo tuve suerte al elegir una mesa de cuatro para mí solo, estuve bien. Pero las sillas son incómodas, austeras y castigadoras, pero hacen juego con el entorno.
La mantelería y vajilla es correcta, las copas mejorables, son ARC France. Al pedir el vino me trajeron una copa más grande, pero de la misma marca.
La carta de vinos es bastante extensa, pero todo, todo, todo, son Ribera del Duero. Tintos, por supuesto. ¿Blancos y rosados, eso que es? Ahora, he de reconocer que estaban todos los que son, desde el más modesto hasta el Pingus y muchos Vega Sicilia de muy distintas añadas. Impresionante la carta de vinos, monocolor, pero impresionante. Yo me pedí una botella de tres cuartos de Teófilo Reyes, la costumbre, pero amablemente el señor que me atendía me dijo, “tenemos de 3/8” y entre las opciones que me dio elegí un Abadía Retuerta, que es uno de mis vinos preferidos. Muchas gracias por la sugerencia, por que del vino si que me sobra, cuando pido una botella de tres cuartos, me sobra exactamente la mitad, así de este modo no sobra. Me encanta. También bebí medio litro de Solan de Cabras ¡eh!
La carta de platos es otro cantar, cuando entras te advierten, “solo hacemos lechazo al horno”, yo digo “perfecto es a por lo que vengo”, pero luego al ver la carta te das cuenta que no es verdad, hay otras cosas. Es que la ración de lechazo vale 36 euros, y eso es lo que interesa vender.
Hay algunas entradas y carnes, además del lechazo, que te las ofrecen como entradas para antes del cordero, y postres.
Yo me pedí una modesta ensalada y el lechazo, porque ya me lo veía venir.
Efectivamente, un cuarto de lechazo, pero no un cuarto de kilo, sino un cuarto de un cordero de seis kilos, es decir 1,5 kg de cordero, claro los huesos pesan.
La verdad es que no quedó nada, había hecho una foto de los huesos pero me ha parecido un poco innecesaria, ya sabéis que no tiro nada. Menos mal que me pude ayudar con pan para terminarlo.
De postre algo exquisito, me dejé aconsejar, bueno pedí consejo, tarta de piñones, extraordinaria.
Para finalizar un café, estaba regular, casi bueno. Llevaba algo de torrefacto, pero no se si el agua, que aquí es buena, lo mejora algo.
En total 62,86, el vino fueron 11,50 más iva. No es caro teniendo en cuenta que con la ración de cordero pueden comer dos o tres personas. En condiciones “normales” calculo que se puede comer bien por 30 euros.