Da gusto encontrarte de vez en cuando con sitios como éste, donde de una manera sencilla y sin grandes alardes te hacen disfrutar de una cocina de altura, con excelente materia prima y gran conocimiento de lo que se llevan entre manos. Inés como sumiller y Julio como chef, se han embarcado en este proyecto, después de acumular experiencia trabajando en grandes e importantes restaurantes.
El local es pequeño y desde fuera no deja vislumbrar lo que puertas adentro se “guisa”. La sencillez domina todos los aspectos. En la decoración, en el trato personal, que es franco y cálido, a la vez que experto y en los platos que, tras su aparente simplicidad, te descubren todo un abanico de sabores y texturas, con una calidad excelente. Hay detrás de todo ello una técnica refinada tan bien aplicada que hace resaltar el producto por encima de todo lo demás.
No hay carta, el local funciona por menús, tres diarios. Uno sencillo a mediodía, por 10 euros, otro de tapas, con cuatro tapas un plato principal y tres minipostres, por 14 euros entre semana y 16 los fines de semana, y un menú de noche con siete tapas, una carne y los tres minipostres por 20 euros. Relación calidad precio excelente. La carta de vinos, por razones prácticas, está escrita en una pared. No hay muchas referencias, seguramente por cuestión de rotación del producto, pero están bien escogidas. Inés sabe lo que se lleva entre manos. Los precios de los vinos también están bastante ajustados.
Empezamos con una cerveza artesanal elaborada en Valencia. Tyris. Cerveza de trigo, sin filtración. De sabor fresco e intenso.
En esta segunda ocasión elegimos el menú de noche, para acompañarlo pedimos una botella de Pruno 2009, dela Bodega Finca Villacreces, D.O. Ribera del Duero. Suave y sabroso, con un aroma sugerente. Un vino con una buena RCP.
Para terminar el menú tuvimos que pedir una segunda botella, en esta ocasión de la DO Utiel-Requena. Un Alvarez Nölting. Algo más intenso en boca que el anterior.
La primera de las tapas. Coca de jamón. Encima de una fina masa crujiente, un excelente jamón, aroma intenso, agradable y que se fundía en la boca, llenando el paladar de un sabor muy rico.
Un habitual de este local, la tosta de miel con all-i-oli. Original y sorprendente. Acertado equilibrio entre sabores dulces y salados.
Mi cuit con mermelada de tomate. Una original presentación para un clásico siempre bien recibido.
Las navajas y mejillones en un ligero escabeche. Perfectamente realizado ya que el vinagre estaba presente en su justa medida, dejando apreciar plenamente los sabores de la carne de los moluscos.
Fritura de salmonetes. He de decir que tenían un rebozado casi imperceptible, que les aporta una excelente textura crujiente y permite que el sabor del pescado no quede enmascarado por ningún tipo de mezcla añadida. Fantásticos.
Chipirones en su tinta con alcachofas y crujiente de cebolla. Muy buenos, el crujiente de la cebolla le da al plato una textura interesante, que contrasta con los corazones de las alcachofas.
Espuma de setas con trufa y morcilla. Me encantó. Sabor intenso a setas y trufa.
Entrecot con jugo de carne, aceite de carbón y pimientos de padrón. El aceite de carbón aportaba un sabor a la carne como si hubiese pasado por la barbacoa. Aunque enmascaraba el resto de los elementos del plato, incluso de la carne, algo excesivo el sabor a carbón.
De postres. Piña colada. Estupenda.
Natillas. Muy buenas.
Coulant de chocolate. Muy sabroso.
La evidencia más clara del resultado de esta comida es que al día siguiente me venían a la mente recuerdos de los sabores de alguno de los platos, principalmente del jamón y de la espuma de setas.
Dirección Plaza de Juan Pablo II, 4. en 46015 Valencia. Teléfono 963 467 807 (Junto a la Avenida de Campanar)