Esta entrada, sin pretenderlo, puede parecer un homenaje póstumo a José Antonio Labordeta, fallecido el pasado 19 de septiembre. El establecimiento lleva el nombre de un fuerte viento fresco y seco, típico de Aragón de componente noroeste, que seguro le besó la frente y mejillas cuando entonaba sus canciones o recorría esos caminos con un país en su mochila.
El restaurante está en la calle Mosén Fenollar número 2 de Valencia 46007. Teléfono 963.423.267. Se trata de un local con buen acondicionamiento, tanto por la separación entre fumadores y no fumadores, como por la acústica y la climatización, bien resueltas ambas, igual que el tema de la extracción de humos. Estando en la sala de fumadores no nos molestó en ningún momento el humo del tabaco.
Al fondo se aprecia la sala de no fumadores, bien aislada del resto del local.
El personal realiza sus tareas con amabilidad y profesionalidad. Es un activo importante del restaurante. Quiero insistir en el conocimiento del oficio que tienen y la predisposición a hacer las cosas bien. Los detalles en el servicio son buenos. Te hacen estar muy a gusto.
Las mesas, como no podía ser de otro modo, están a la altura del local y del personal. Correctamente vestidas y bien equipadas, de dimensiones adecuadas y buena separación entre ellas, con lo cual la intimidad en las conversaciones de los comensales está bastante asegurada.
Actualmente, además de los platos de la carta, tienen dos menús especiales. Uno por la conmemoración del décimo aniversario de la apertura del restaurante y el otro por las jornadas de caza que están celebrando durante el mes de octubre. La carta es bastante variada y algunos de los platos se adivinan contundentes. Hay que destacar varias de las entradas, de las cuales probamos unas cuantas en una anterior visita. Como por ejemplo una cecina de León, un revuelto de setas y foie fresco de pato, muy recomendable, el huevo de corral escalfado en crema de setas con trufa, fantástico, el calamar de playa, muy bueno o las anchoas del cantábrico, de buen calibre.
La carta de vinos tiene representación de bastantes denominaciones, con algunas referencias interesantes. Pedimos en primer lugar un Condado de Haza, pero tuvimos la mala suerte de que saliera con TCA (olor a corcho, azote de todas las bodegas del mundo), nos lo cambiaron sin ningún problema por El Vínculo, vino de la misma bodega pero de distinta denominación de origen. Es un vino recio que acompañó bastante bien a la mayoría de platos que pedimos.
El pan bien elaborado y bueno. Una especie de torta de aceite, muy esponjoso y sabroso.
Uno de los primeros platos que pedimos fue una ensalada de vieiras caramelizas con mezcla de lechugas y vinagreta con clóchinas valencianas y algas. Resultó ser un plato bastante sencillo, de sabores bastante ligeros, pero con el inconveniente de que las lechugas estaban poco tersas.
El segundo de los primeros platos fue un huevo de corral escalfado en crema de setas con trufa. Es uno de los que probamos la vez anterior y quisimos repetir, no defrauda en absoluto. Sabores intensos y auténticos. Trufa aromática, una salsa muy sabrosa en la que aparecía de vez en cuando algún trozo de buen jamón. Un plato para disfrutar.
De segundos platos pedimos, en primer lugar un atún a la plancha que nos había recomendado un amigo que frecuenta el restaurante. La recomendación nos pareció exagerada, después de haber probado el atún rojo del Mediterráneo. Se trata de atún del atlántico norte a la brasa con reducción de naranja valenciana, aceite de ajo frito e hinojo braseado. De un color más claro que el atún rojo, que se pesca en el mediterráneo, y de un sabor más suave. El hinojo braseado estaba sorprendente.
El otro segundo plato fue elegido de la carta de caza que ofertan durante este mes de octubre. Un guiso de conejo de monte deshuesado con trompetas de la muerte y foie. Estaba muy tierno y sabroso, las setas y el foie le acompañaban perfectamente.
De postre un parfait de avellanas con guindas. Buena presentación y abundante ración.
Destaco principalmente la comodidad del local, en cuanto a acústica y ausencia de humos, pero sobre todo la buena atención del personal. El precio final fue de 92,60 euros la cena para dos personas.