Me voy a permitir hacer una aseveración bastante rotunda, algo impropio de mí, pero si estuviésemos en Italia y nos apeteciese ir a un restaurante de nivel, no de los de pizza y pasta por kilos, sino de buena cocina italiana, tendríamos que buscar un restaurante como éste. Aquí se hace cocina italiana, como la que hacía mi tía en Italia. Cuando he viajado a casa de mi familia he comido ravioli, pasta e faccioli (pasta con alubias) y cosas por el estilo, la pizza era para matar el hambre a media tarde por la calle y se compraba a peso.
Il Ritrovo está en la calle Sueca número 46 de Valencia, teléfono 963734137.
Es un local nuevo, se han trasladado hace casi dos años a esta nueva dirección. La decoración es minimalista, en tonos blancos y negros, con luz tenue, música a un nivel agradable, buenas mesas, con manteles de lino, cubertería y vajilla de calidad y copas muy adecuadas. No en balde Mariló, que atiende la sala, es una de las sumilleres más reconocidas de Valencia.
La carta de vinos es bastante extensa y equilibrada, con vinos tranquilos y espumosos bien escogidos. Le pedimos consejo a Mariló para elegir el vino y nos sugirió un blanco italiano de Marsala, Sicilia, Vigna di Gabri 2007, de la variedad ansonica, elaborado por la Bodega Donnafugata. A mí me recordaba a un vino de Rueda, pero algo más suave.
La carta de platos no es muy extensa pero suficientemente variada, tiene dos ensaladas, una de ellas con sepia, que tiene bastante aceptación, cuatro carpaccios, un plato de carne con pasta de atún, dos platos de carne, y un surtido excelente de pasta fresca, más dos platos de pasta seca. Para todos los gustos, vamos.
Para los cambios de cubiertos se utilizan guantes de hilo, cada vez que hay que reponer el servicio de la mesa lo hacen sin tocar directamente con las manos los tenedores y cucharas. Me encanta la pulcritud de este local.
Para dos personas pedimos, carpaccio de atún, acompañado de unas aceitunas amargas que son mi delicia. A este atún yo le habría eliminado la zona negra de la carne, por estética, aún así estaba exquisito.
De segundo Tonnato, un plato de lomo de cerdo cortado muy fino, no era carpaccio era algo más grueso, casi como escalopines, acompañada de una salsa a base de mayonesa, alcaparras y atún. Estupendo.
Después unos ravioli de gorgonzola con pera. Un plato muy equilibrado, el queso y la pera combinan muy bien en este plato.
Para el final una polenta pasticciata. La polenta es una especie de sémola, pero en este plato se había transformado en la masa que se utiliza para hacer la lasagna. Muy bueno.
De postres una panna cotta y un tiramisú de verano, donde el café se sirve helado y tiene un sabor de almendra amarga que le aporta el amareto. Muy ricos los dos, sobre todo el tiramusú, para mi gusto. Muy fresco y original.
Para finalizar nos sirvieron, como detalle de la casa, un bocado de gin tonic. Un juego de texturas y sabores muy conseguidos.
El pan recien horneado estaba magnífico.
En total, con vino incluido, 45 euros por persona, sin vino 32,75, muy buena RCP.
Después de la cena nos invitaron a visitar la cocina. Espectacular la limpieza y el orden que queda tras haber servido cenas para varias personas, parece que no la hayan utilizado.
¿No os gusta más este tipo de restaurante italiano, que los habituales de pizza, ensalada y pasta a mogollón?