Miércoles, segundo día en Jerez, creo que no me he descontado de día. La comida por recomendación de un jerezano va a ser en "La Carboná". Yo ya tenía alguna referencia,  pero la recomendación ha confirmado mi decisión.

Es un local que parece haber formado parte de alguna antigua bodega de Jerez, arcos y techos altos. Típico de las llamadas catedrales del vino. Para mantener los vinos al resguardo de los cambios de temperatura. Eran sabios los antiguos, hoy estábamos a 37 grados al sol.

La decoración es rústica, con el mobiliario a juego. Las mesas son adecuadas en tamaño y están vestidas correctamente, las copas y vajilla son apropiadas. El lugar es fresco a pesar de la temperatura exterior. Señal de que funciona el sistema de techos altos.

La luz escasa, parece que predomina una semipenumbra, muy adecuada para ese ambiente fresco en lugares cálidos.

La carta está basada en cocina tradicional. La carta de vinos me pasa desapercibida, pues vengo predispuesto a tomar vinos de la zona. He comido con dos copas de oloroso Gobernador de Bodegas Hidalgo, espléndido.

De entrada me sirven unas patatas aliñadas, detalle de la casa, con su ajo y perejil. Buenas y apetitosas.

El pan siempre suele ir acompañado de los típicos picos. Una especie de rosquilletas pequeñas.

Pido de primero ensalada de pimientos asados con melva canutera. Buenas conservas. Es una pena que ya no se asen los pimientos en casa como antes. No obstante doy buena cuenta de ella, pero no me pude acabar el pimiento, por cansancio y por que era un plato abundante.

De segundo una ventresca de atún, barriga le llaman aquí. Acompañada de puré de manzana, puré de coliflor y un arroz, mezcla de largo y salvaje con pìñones, que estaba apetitoso. De la ventresca ni un pero y de su acompañamiento tampoco. Todo en su punto y muy conseguido. Un plato para quitarse el sombrero. Javier, chef, cocinero o dueño, me explica que la temporada del atún ya ha comenzado. La ventresca que voy a tomar pertenece a una pieza de almadraba, de esta temporada, que ha comprado entera de no más de 180 kilos, que tiene en su frigorífico.

De postre un flan de queso acompañado de una bola de helado de vainilla, que no está a la altura del atún, pero es que era difícil.

Café no pude tomar, porque se les había olvidado encender la cafetera, esas cosas pasan en las mejores familias.

Total 43 euros. Me parece bien. Es un sitio recomendable.