En un pequeño local, en la calle del Salvador número 8, muy cerca del Almudí, en Valencia, teléfono 963 920 584, se encuentra este restaurante, con muy buena luminosidad, ya que uno de sus laterales tiene dos grandes cristaleras que dan directamente a la calle Trinitarios.
Decoración sencilla, de líneas modernas en colores claros. Las mesas de dimensiones adecuadas para dos personas, la vajilla y cubertería correctas, sobre la cristalería no puedo opinar ya que no tomé vino. La comida fue a medio día de menú, los manteles eran individuales de papel, igual que las servilletas. Me reservo la opinión hasta que vaya un día por la noche.
Entré a comer por que me llamó la atención el menú del día, con propuestas muy interesantes, al menos en lo escrito. El precio eran 15 euros más iva (16,05 euros) incluía la bebida pero no el café (1,70)
Después de encargar lo que quería comer Fede me ofreció tomar un aperitivo basado en uno de los platos del menú del día, era una crema de tomate, con láminas de jamón tostado, parmesano y cebolla confitada. Estaba muy rico, aunque me reconoció que estaba algo mejorado respecto del plato del día.
De primero me pedí una ensalada con marisco y setas. Se trata de una ensalada tibia, a base de mezclum de verduras, con setas salteadas y marisco. El toque exótico se lo dan unas bayas de Goji. Son una bayas deshidratadas, que parecen cerezas, incluso en su sabor, a las que se les atribuyen muchas propiedades, sobre todo antioxidantes, dejando volar un poco la imaginación parece que sirven para todo, todo, todo.
De segundo pedí un sencillo plato de lentejas marineras ¡ja!¡sencillo!. Menudas lentejas, con marisco y rape. Muy buenas y con abundante acompañamiento, solo hay fijarse en la rodaja de rape.
El postre lo pedí también llevado por mi curiosidad, a pesar de que Fede me ofreció probar las texturas de chocolate que decía que estaban muy buenas, pero yo me incliné por la fruta estofada, así me cantó el plato. Me alegré de haberlo pedido. Era una copa llena de trozos de fruta natural, que no estofada, cubierta por un almíbar ligero en el que se habían infusionado hierbas y semillas aromáticas, como cardamomo, anís estrellado y citronela, entre otros. Me pareció exquisito y muy digestivo.
Para finalizar me pedí un café ligero, resultó ser Nespresso, me pareció bien escogido, ya se sabe la gran variedad con que cuenta ésta marca, 16 en catálogo más las ediciones especiales y las limitadas. Estoy empezando a considerar que estos cafés comienzan a gustarme. Me sorprendió agradablemente que con el café Fede me trajo dos pequeños petit fours.
Tenía enfrente de mí una pequeña bodega en la que descubrí una buena selección de vinos.
En conclusión, un lugar donde tomar un menú del día con muy buen nivel, sin ser de un precio excesivo, en total pagué 17,87euros, iva incluido.