Estamos en un local con un alto nivel de ejecución en cocina y de personal muy preparado en sala. Maite, la sumiller, es un valor en alza en la Comunidad Valenciana, a la que le quedan pocas cosas que demostrar. Concurso al que se presenta arrasa o poco le falta. Fue nariz de plata española en el 2006. No busquéis en Internet este término, os saldrán un montón de lugares donde ponen piercing. Éste es un concurso en el que se trata de adivinar el vino que hay en una copa de color negro, ella quedó en segundo lugar a nivel nacional. También ganó la fase de la Comunidad Valenciana de Habano sumilleres en el 2009, será la representante en la fase nacional.

La dirección es Avenida Pío XII número 19, 46015 Valencia. Teléfono 963.274.959. No os fiéis de Google Maps que lo sitúa mal, está a la altura de la Ciudad Sanitaria La Fe, justo antes de cruzar la Avenida de Campanar.

El local es amplio y luminoso, algo bastante inusual, hay restaurante que se empeñan en presentar los platos en una semipenumbra, como si tuviesen miedo de que viésemos lo que nos ponen en la mesa. Aquí se ven y se aprecian los platos, bien presentados y perfectamente compuestos.

No obstante, el local no es de los que más me gustan., los cinco que fuimos a cenar coincidimos en que el estilo retro, con lámparas de lágrima y paredes empapeladas o enteleladas, no es el estilo que más nos gusta. Pero el local resulta elegante, con mobiliario de mucha clase.

Las mesas espléndidas, bien vestidas y equipadas, vajilla de primera calidad y copas Riedel. La copa es la más versátil de Riedel pero a mí me gusta mucho, es buena para casi cualquier vino, incluidas cervezas y generosos. Esta es una opinión muy personal, yo utilizo ésta copa en casa diariamente.

La carta de vinos es casi perfecta, no voy yo a enmendarle la plana a una persona como Maite, había mucha variedad, bien escogida y, por supuesto, bien equilibrada. Los precios correctos, en consonancia con los establecimientos de éste nivel. Tomamos dos botellas de Guitian sobre lías 2007, por 23 euros cada una, en las tiendas de Internet se vende entre 11 ó 12 euros.

La carta de platos amplia y muy interesante, con platos muy apetitosos y sugerentes.

De aperitivo nos sacaron unas cucharitas de titaina, exquisitas, con muy buen sabor, nada ácido el tomate, y muchos piñones.

Pedimos para compartir una ensalada de pulpo con pil-pil suave, estaba exquisita.

Después, también para compartir, una ensalada de perdiz escabechada con setas, ésta la encontramos, por unanimidad, un poco fuerte, el vinagre se hacía notar demasiado, sobre todo en las setas. Pero nos la comimos.

Después, también para compartir, habíamos pedido chipirones con habas y ajos tiernos. En éste plato tuvieron el detalle de sacar platos individuales, en lugar de ponerlos al centro. Se agradece el detalle, muy importante, no tienes que repartir dos platos del centro entre cinco. Los de ciencias lo entenderán mejor. ;)

Después vinieron los platos principales. Dos de pescado de playa, corvina y pargo a la plancha, acompañados de verduras, yo no los probé, pero el testimonio de quienes los habían pedido fue favorable. Un suquet de peix, que se clasificó como bueno. Dos bacalaos con pisto confitado, Éste si lo probé, era mi plato, estaba muy bueno, el bacalao y el pisto.

De postres, bomba de chocolate, extraordinaria, hojaldre con frutos rojos y coulant de chocolate con helado de mandarina. Los postres rayaron a gran altura.

Para acompañar a los postres, vinos dulces, Recóndita armonía de Casta Diva DO Alicante, Tokaji Doznoko, Hungría, y un MR Moscatel de Telmo Rodríguez, vino de Málaga, nada que ver con el Málaga Virgen.

Los cafés extraordinarios. Si el sobre del azúcar no miente, marca Montecelio. Si yo tuviese un restaurante tomaría nota de este dato.

Precio por persona, con cervezas y vermú de aperitivos, 56,64.

En resumen, buena cena, en un entorno elegante, con buenos profesionales, muy bien atendidos y una buena RCP.