Otro día de satisfacción. Estoy teniendo suerte con los restaurantes que voy eligiendo. Bien es verdad que busco y busco hasta que encuentro algo que me interesa, pero aún así podía saltar la sorpresa. Hoy no ha sido así, hoy he comido muy bien y a gusto.

Dirección calle Quart número 5, Valencia. Teléfono 963910927.

En ésta ocasión quiero empezar hablando del servicio, si bien es verdad que el restaurante a mediodía estaba prácticamente vacío, ¡cosas del verano!, el trato recibido por parte de quien atendió mi mesa fue exquisito. Con una gran capacidad para entender lo que yo quería comer y con mucha flexibilidad para adaptar los platos a mis deseos. Buena formación e información, y lo que no sabía lo preguntaba y respondía con prontitud. Buen servicio del vino, aunque sin hacer el envinado de las copas, pero sí atendiendo a la temperatura del vino en cada momento, y una sonrisa siempre presente.

Seguro que esta circunstancia ha tenido mucho que ver en mi satisfacción durante la comida, pero hay que valorarla. Las ganas de hacer bien las cosas son muy importantes en este sector.

Con respecto al local, está estructurado en dos plantas, en la de abajo está la entrada y la cocina, es solo un lugar de paso, en la plata de arriba está el comedor, más bien pequeño, lo que obliga a tener unas mesas que rondan los 70 centímetros de lado, aptas solo para dos personas, y que además se encuentren muy próximas unas de otras.

Esto no quita para que estén bien vestidas y equipadas. Cambio de cubiertos en todos los platos, aún siendo menú. La cristalería es adecuada, pero podría mejorar un poco.

Al ser mediodía la luz del local era la natural y había una música agradable y de calidad.

En el exterior montan una pequeña terraza, pero al ser mediodía preferí subir al comedor con aire acondicionado.

La carta de vinos no es muy extensa pero está bien equilibrada, con buenas representaciones de bastantes denominaciones de origen. Aquí no tuve suerte, pedí Tres Picos de Bodegas Borsao de la DO Campo de Borja, 100% garnacha, y se había terminado (24 €). Me sugirieron Dominio de Tarés Cepas Viejas de la DO Bierzo (22 €), me pareció bien la propuesta y tomé ese. Por cierto tenía intención de llevarme el vino que me sobrase, pero al marcharme se me olvido. Lástima, estaba bueno.

La carta de platos me pareció bastante interesante. Ocho entradas originales, como rollitos de berenjenas con vinagre balsámico, también un buen surtido de arroces, nada tradicionales, aunque si tienen fideuá. Lo arroces se han de encargar con 24 horas de antelación, pero tienen dos o tres diariamente previstos para servir. Hay un apartado de guisos que requieren un encargo de 48 horas de antelación, entre los que se encuentra el gazpacho manchego, y luego los típicos carnes y pescados. Diariamente tienen un menú, compuesto de dos entradas, un segundo y postre. El de mediodía cuesta 20,88 euros.

En un principio quise comer de la carta, pero como quería probar dos entradas y un arroz, me dijeron que eso era mucha comida y me propusieron tomar el menú, sirviéndome las entradas que yo quería pero con el tamaño del menú. La propuesta me pareció excelente.

De aperitivo me sirvieron un gazpacho andaluz, para hacer boca. Agradable y adecuado para lo que caía en la calle.

El pan lleva pasas y lo traen del horno que hay en la cercana plaza del Collado

La primera entrada, ensalada templada de espinacas, con queso de cabra, jamón crujiente y frutos secos, aderezado con vinagre balsámico. Muy buena. La temperatura tibia acentúa un poco los sabores de la ensalada.

De segunda entrada tomé tatín de foie. Un original plato, inspirado en la famosa tarta tatín de manzana. Sobre una base de puré de patata, pasado por la plancha se coloca un filete de foie también planchado. Aderezado con crema de balsámico. Muy original y sabroso. Me gustó bastante. Destacar también de este plato que tenía un acompañamiento de tomates cherry que llevaban un aceite de oliva exquisito.

De arroz elegí el meloso de setas con codorniz. La verdad es que no llegó muy meloso a la mesa, es el problema de los arroces y la puntualidad de clientes, camareros y cocina, hay que poner de acuerdo a esos tres elementos para que el arroz esté en su punto. Éste no lo estaba, se había pasado un poco, pero muy poco, me lo comí muy a gusto pues estaba realmente sabroso. Me comí dos platos y aún sobró medio más.

De postre, tarta de chocolate con crema de vainilla. Una tarda consistente, nada de espumas que están llenas de aire, y una crema de vainilla que sabía a vainilla. Que raro es eso últimamente. Muy buena. Después una bola de helado de violetas, estaba bueno pero el chocolate mejor, tenía razón la camarera. Estuvo muy acertada en todas sus sugerencias.

Lo que no conseguimos acertar fue con el café, me hizo dos, con distinta materia prima y distinta cafetera, uno con exprés y otro con Nespresso, ninguno me gustó. Que se le va a hacer.

En conclusión, buen sitio para tomar platos fuera de los habituales ya que sin ser extraños si han procurado ser originales y hacer buenas presentaciones.

Vuelvo a insistir en el buen funcionamiento del servicio y la predisposición por agradar y complacer, sin agobiar y con naturalidad.