Me complace mucho contar ésta experiencia.
Llego a Cariñena en busca de un restaurante recomendado por la guía Michelín. Como me ha pasado en otros sitios, cerrado por vacaciones. No queda más remedio que buscar la mejor alternativa. Pregunto y me dicen que no hay otro del nivel del que yo buscaba pero me sugieren uno que me comentan que se come bien.
Allá que voy a la Plaza Alta, 1 Cariñena 50400, Zaragoza. Teléfono 976622338. correo electrónico reservas@restaurantelatorreta.es
su pagina www.restaurantelatorreta.es
El local tiene a la entrada una barra separada del comedor. Éste es amplio, con varias separaciones móviles que permiten celebrar banquetes. Yo distinguí al menos tres comedores, los cuales estaban siendo utilizados en ese momento, uno en el que yo estaba, otro de ellos destinado a fumadores y en el otro más pequeño habían colocado a una familia con niños pequeños. Bonito detalle.
Las mesas muy bien equipadas, correctos manteles y cubertería. La vajilla era original y agradable. Las copas al principio no me sorprendieron, eran las omnipresentes ARC France. Pero ¡sorpresa! al pedir el vino me trajeron una Schott Zwiesel. Un modelo igual a unas que tengo yo en casa.
La carta de vinos muy bien, con un predominante catálogo de vinos de la zona, como no debe ser de otra manera. Hay que saber potenciar los vinos de cada zona y buscar y presentar los que valen la pena, aunque haya que arriesgar un poco, siempre hay productos interesantes que no se conocen suficientemente. Eso lo he descubierto en Jerez, Ribera del Duero, Galicia, Navarra y aquí en Cariñena. Yo elegí uno de la Bodega Solar de Urbezo, crianza del 2004. Elaborado con las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y syrah. Con nueve meses de barrica de roble francés y americano. Un vino muy bien estructurado, con aromas de fruta madura y recuerdos de la madera, sus tostados, vainilla y balsámicos. 11 euros en la carta del restaurante. Un vino con una larga tradición de premios. Me acompañó muy bien a los platos que tomé y fue servido a temperatura correcta ya que disponen de armario cava.
Al sentarme en la mesa lo primero que me presentan es el menú del día por 9,50 euros y un menú especial por 22 euros. Los ojeo y pido la carta. Al revisar la carta me doy cuenta de que los platos del menú del día también están en la carta, aunque en ella hay mucha mayor oferta de platos, sobre todo pescados y carnes. Seguro que la presentación y cantidades no son las mismas, pero decido arriesgarme y pido el menú del día. Lleva cinco primeros a elegir, cinco segundos y otros tantos postres.
Pido de primero potaje de garbanzos con bacalao. ESPLÉNDIDO. De 10. Se me acabó muy pronto y no por que el plato fuese pequeño. Muy bueno.
De segundo había pedido costillas de ternasco con patatas (chuletas de cordero). Desde luego costillas no eran, había una cortada de pierna de cordero y otras dos de la parte de la riñonada o de las intercostales. Pero el sabor y la consistencia eran muy buenos. Las patatas perfectamente elaboradas, tersas por fuera casi crujientes y blandas por dentro, además con muy buen sabor, tanto con respecto a la patata como al aceite. Nada grasientas.
El postre lo pedí doble, primero algo de fruta, que después de tantos días ya me apetecía. Me sirvieron melón dulce y maduro. Después para acompañar al café me pedí unas trufas heladas. El café bueno también, de hecho me tomé otro en la barra antes de marcharme. Las trufas industriales, eso era de esperar.
El servicio, a pesar de estar casi desbordado, pues los tres comedores estaban ocupados y solo eran atendidos por cuatro personas, era muy eficiente, los platos salían con bastante regularidad y en su punto. La atención muy correcta.
En conclusión, una grata sorpresa, comí muy bien por 26,62 euros. Menú, vino especial fuera del menú y postre extra. Muy recomendable.