Nombre: Larrén
Dirección Avda. Dr. Tomás Sala, 33 A-C (Bulevar Sur) 46017 Valencia
Teléfono 963 77 1234
Local no muy grande pero con una buena capacidad, calculo que para 50 o 60 comensales sin aprietos. Las paredes están cubiertas de láminas sobre marcas de bodegas y bebidas. Existe una disposición de algunos artículos en barra y anaqueles que recuerda a una exposición, la representación de güisqui es espectacular, así como las variedades de aceites en las mesas y vinagres. Hay una buena provisión de sal en escamas expuesta en la barra, que se utiliza en el servicio de los platos, algunos vermuts también de calidad.
He de mencionar que los aseos están muy limpios y son amplios, ¡por fin!
Mesas amplias y bien vestidas, buena iluminación sin sombras que permite apreciar el contenido de los platos y las copas. No había música. Como era martes había muy poca gente y nadie fumaba.
Vajillas y copas normales. No sé si hubiésemos pedido un vino mejor si nos habrían puesto mejores copas
El servicio, correcto y entendido, nos atendió el dueño, cercano pero manteniendo una distancia muy correcta, pendiente de nosotros sin agobiarnos. De todas formas éramos pocos en el local,
La carta de vinos muy clásica, con representación de vinos valencianos de calidad, “Les Alcusses”, “Finca Terrerazo”, “Enrique Mendoza”, bastante representativa. Predominan los riojas y les siguen en importancia valencianos y riberas. Los precios bastante razonables. Tomamos Les Alcusses y nos costó 16 euros.
La carta está bien, no sabría clasificarla, tiene los apartados típicos, entradas, pescados, carnes y postres, a mediodía arroces, un menú degustación por 25 euros. Además se nos ofreció platos fuera de carta, basados en marisco y pescado, lo cual indica una cocina de mercado.
De los tres que íbamos, dos nos equivocamos, pedimos el menú degustación, detallado en la carta, pensando encontrar una muestra resumida de platos, pero no acabó de convencerme.
La composición del menú consistió en una ensalada variada, aliñada con aceite con denominación de origen y vinagre de mucha calidad, lamento no recordarlos. Después unas anchoas muy buenas sobre un trozo de queso fresco, todo ello sobre un puré denso de tomate, que tenía un sabor muy especial, luego una croqueta casera (una), un plato de jamón y queso, media dorada a la espalda y una muestra de carne, solomillo de cerdo creo que fue. Siento no recordarlo mejor. De postre dos tartas variadas y cafés.
La tercera persona pidió, a sugerencia del maitre, vieira a la plancha, tremenda de tamaño y tierna y después mero salvaje, que tenía muy buena pinta.
En conclusión, hay que ir y comer a la carta, nada de menú degustación, la materia prima parece de calidad y la cocina bastante casera. El precio fue de 40 euros por persona. Tomamos cervezas al principio y nos sirvieron unas croquetas para acompañarlas. Buena relación calidad precio.