Visita al restaurante "Les Nits", ubicado en la esquina de las calles Lepanto número 24 y Botánico número 12. Teléfonos 963.916.340 y 609.013.028. restaurnat@lesnits.com.
Visita realizada el día 4 de noviembre, martes, día tranquilo como pocos de la semana, pero me parece un acierto venir a este restaurante ese día, ya que el ritmo es tranquilo, lo cual en estos tiempos de prisas y estrés no viene mal. Hago este comentario porque he leído alguna vez que con el restaurante lleno las pausas entre platos se hacen un poco largas.
El comedor principal no es muy grande, pero tiene otros comedores más pequeños en el interior. Las mesas amplias y bien distribuidas dan un aspecto ordenado a la sala. La mantelería blanca de buen hilo, agradable al tacto y equipadas con gusto, buena cubertería y vajilla y copas de buena calidad.
El ambiente es luminoso y la decoración agradable.
La carta presenta un concepto novedoso, hay cuatro platos para compartir y una veintena de raciones individuales pequeñas. Con estas raciones se pretende ofrecer un menú degustación elaborado al gusto del cliente. Es decir se eligen cuatro o cinco platos, según el apetito o las ganas de probar cosas, eso sí a mesa completa, es decir todo el mundo come lo mismo, como en todos los menús degustación.
El resultado es muy acertado, ya que se prueban bastantes platos de raciones pequeñas, pero de lo que en ese momento te apetece, sin tener que comerte un plato que no te guste o no quieras en ese momento. Además esto presenta la ventaja de que también puedes maridar mejor el vino a tu gusto. O viceversa, que también se puede elegir primero el vino y luego la comida que mejor le va.
La carta de vinos es extensa, como empieza a ser bastante común en los buenos restaurantes que cuidan el vino. Hay para todos los gustos. Los precios los habituales en restauración, aproximadamente el cien por cien del coste en tienda.
Tomamos un aperitivo de la casa, consistente en un pincho de gamba con témpura de calabacín que presentaba unos sabores cítricos muy agradables.
Nosotros elegimos una vieira templada acompañada de un langostino de Vinaroz, muy buena; cigala con boletus edulis, magnífica, lasaña de xangurro, elaborada con láminas de patata y carne de cangrejo, interesante, rulitos de berenjena rellenos de pato y foie, estupendo y carrillera de buey, que se deshacía en la boca y con un sabor extraordinario. De postre compartimos una "Torre Naomi" a base de texturas de chocolate.
Con los tres primero platos bebimos Guitian 2007, vino elaborado con la variedad godello de la D.O. Valdeorras. Aromático, cítrico y fresco, con esa textura golosa que deja una sensación elegante en la boca. Para los dos últimos platos pedimos un Casa de la Ermita, 2004, petit verdot de Jumilla. Vino complejo, espléndido, sabroso, me faltan adjetivos.
El café en la línea del resto de la cena.
195 euros tres personas bien cenadas.
Tengo que destacar la amabilidad y el buen hacer de los miembros del restaurante, solícitos y atentos a todos nuestros deseos y preguntas. Pasamos una buena velada y cenamos muy bien.