Lo inusual en un restaurante…cuando debería ser corriente en la mayoría.
Es este un restaurante un tanto inusual, en el mejor sentido del término. Inusual porque no es como la gran mayoría de los que funcionan actualmente. Es inusual la atención y las ganas de agradar al cliente que se aprecia en todo el personal. Es inusual que en un local sencillo y modesto como éste, en el que se aprecia su estructura de antiguo bar de tapas, se presenten unos platos tan bien cuidados y con tanta atención a la materia prima. Pero también es muy inusual un restaurante con una carta de vinos portugueses tan amplia y tan bien escogida. Preguntamos a Alfonso y nos dijo que por la ascendencia familiar que tiene le interesaron los vinos portugueses y por eso los ha incorporado a la carta.
El local es discreto, funcional y sin concesiones a la ostentación. Priman la comodidad y la sencillez por encima de la suntuosidad y boato de otros locales. No obstante los detalles son importantes, prueba de ello es la cristalería que se utiliza de la marca Schott.
La carta basada en la cocina de mercado y en la calidad de la materia prima, presenta una serie de platos de base tradicional con una elaboración y presentación muy actuales. Y además a precios muy asequibles.
Los platos que tomamos no son del menú degustación, fueron elegidos de la carta.
El pan está tan cuidado como un plato más. Está traído de la panadería Mompla en la calle Pizarro de Valencia. En la mesa había pan de calabaza y sus pipas en forma de brioche, pan de aceitunas negras con albahaca y pan de chapata elaborado con malta tostada, especialidad de la panadería.
La carta de vinos es muy completa, destacando el apartado de los portugueses.
El primero de los vinos fue este Guitian de la DO Valdeorras (Orense), elaborado con la variedad godello, fermentado sobre sus lías durante ocho meses en depósito. Excelente la calidad, nunca defrauda. Fresco, muy aromático y consistente. Acompaña perfectamente tanto a un bacalao como a una merluza.
La primera entrada una cecina del Valle del Esla, “sin más, que no le hace falta” reza en la carta.
Ravioli frito de “ricotta” y trufa, con kumquat confitado y frutos secos. El pan de tomate.
Taco de foie sobre mango temperado con reducción de marsala y confitura de rosas.
Revuelto de “amanita cesarea” e hinojo, con lima escarchada sobre nidos de pasta philo (ver menú degustación).
Merluza a la plancha con salteado de boniato rojo, pimientos de Lodosa, cremoso de cilantro con yogurt y aceite con armañac
Bacalao en crujiente de “corn flakes” (copos de maíz), sobre pimientos horneados, emulsión de cilantro y aceite de trufa.
Bacalao Giraldo a la brasa, con perfume de tomillo fresco, sal de gamba y crocant de almendra amarga.
Entrecot de ternera gallega. Éste no necesita presentación. DO Galicia.
Dos tintos portugueses para acompañar estos últimos platos. Excelente la elección de Alfonso.
Son vinos elaborados en la zona del Douro. Proceden de dos hectáreas de viñedo orientado al sur. En esas dos hectáreas hay al menos 25 variedades distintas: Tinta Roriz (similar a la tempranillo española), Touriga nacional, Touriga franca, Cao Tinta, Bastardo, Tinto Mourisco y otras.
Ésta diversidad de uvas obliga a efectuar una selección manual en la bodega para descartar las menos maduras, ya que todas las variedades no tienen el mismo ciclo vegetativo.
La elaboración incluye el pisado tradicional, ¡con los pies!. Fermentación en depósitos y crianza en barrica de roble francés de segundo año.
Son vinos que tienen cierta similitud con los del Priorato. Son carnosos, de capa medio alta y alta, bastante aromáticos, con predominio de frutos negros y torrefactos, largos en el paladar. Un descubrimiento muy interesante.
Éste es el de gama más alta de los dos.
En la contraetiqueta se lee que se ha embotellado el año 2010, en 5.500 botellas (0,75 litros), 100 magnums (1,5 litros) y 10 jeroboams (3 litros). Es importante recordar que cuanto mayor es la botella mejor se conserva el vino.
Como pre-postre, una selección de quesos. Compté, Los Corrales de Almedijar (Castellón), Seu d’Urgell y Picón. Servidos a buena temperatura.
De postre un timbal de chocolates y caramelo.
Y una sopa de horchata con torrija.
Éste es el aspecto de la entrada al Restaurante MALKEBIEN, en la calle Santo Domingo el Savio número 39. Teléfono 963 661 780, en Valencia (Barrio Torrefiel).
Un sitio al que volver con regularidad, por la atención tan esmerada del personal, la calidad de sus materias primas, la técnica culinaria, sus vinos y sus precios.