El local es bastante amplio, tiene dos zonas diferenciadas, una junto a la barra, diseñada para la degustación de vinos y el tapeo. Sobre todo la mesa de la entrada es ideal para catar vinos está bastante aislada del resto y tiene buena luz.

Las mesas son de dimensiones adecuadas, las hay de cuatro comensales, algo apretados y otras de mayor tamaño. Tiene mesas a mayor altura con taburetes altos, imagino que por cuestiones de diseño y diversidad.

La iluminación es algo intimista, lo cual a veces hace que resulte escasa, excepto en la mesa de la entrada que tiene unos focos ideales para la cata de vinos

El servicio de la mesa es moderno y agradable, las copas correctas.

El servicio atento y profesional. Muy buen servicio de vino, con información añadida al descorchar y abiertos al diálogo.

Tiene una bodega acristalada donde están expuestos los vinos con los precios, muy ajustados, indicados para llevar. Hay predominio de vinos valencianos y de la cuenca mediterránea. Tiene también una carta de vinos para tomar por copas, pero si te interesa alguno en especial no tienen inconveniente en ofrecértelo por copas. Al menos eso me ocurrió a mí.

Antes de la cena estuvimos catando un par de vinos elegidos por nosotros directamente de la bodega. El primero fue el malbec Casa Don Angel de la Bodega Vera de Estenas de Utiel Requena y el segundo un Martinet Bru de la Bodega Mas Martinet del Priorato. Estuvimos un buen rato haciendo la cata sin que nadie nos molestase ni nos metiese prisa de ningún tipo. Una experiencia muy agradable que hay que repetir.

Habrá que empezar a elaborar un listado de locales de vinos por copas, pues empiezan a aparecer algunos interesantes (Maridaje, Enópata, La Lluerna, etc.)

En la cena repetimos bodega, pues nos apeteció el merlot Martinez Bermell de la bodega mencionada Vera de Estenas (CVCRE). Vino muy conseguido que nunca defrauda.

La carta está estructurada en tapas, ensaladas y postres, pero con las tapas se come suficiente, son medios platos. Predomina la cocina mediterránea y valenciana del interior sobre todo, con toques de creatividad.

Tomamos de entrada pericana, elaborada exclusivamente con ñora, aceite y algo de bacalao, yo la encontré un poco fuerte. La ñora estaba un poco tirante, tal vez por falta de hidratación, no lo sé muy bien.

Después tomamos unas tostas de sardinas con queso de cabra y tomates secos. Coincidimos los dos en que era el mejor plato de la cena. Todo en su punto, sobre una lámina de pasta filo estaban los tomates secos, el queso y encima las sardinas, con un pequeño golpe de horno. Muy bueno el contraste de sabores.

En tercer lugar tomamos unas carrilleras con garbanzos. Las carrilleras tiernas y sabrosas, pero los garbanzos sabían a conserva o estaban cocidos únicamente en agua con sal, sin haberse guisado con el resto. Una de cal y otra de arena.

Para final nos sirvieron unos mini calzone rellenos de morcilla de Onteniente.Los sacaron demasiado tostados, hasta el extremo de que uno de ellos tenía la morcilla del interior demasiado hecha. Se puede apreciar en la foto.

El postre fue una tarta de manzana y yogur, exquisita, muy lograda. Postre de alto nivel.

En conclusión, local muy interesante en cuanto al aspecto vinícola, buen tratamiento del servicio de vino y buena oferta, sobre todo en lo que respecta a la cata por copas. La cocina con altibajos, pero no se puede juzgar solo por una única vez. Le daremos una nueva oportunidad. Y siempre nos quedarán los vinos y París (Casablanca)