Bien pegado al mar se encuentra este restaurante, con una vista de la costa magnífica, ubicado en Calle Fénix 15 Las Rotas, Dénia, Alicante 03700, teléfono 965783006. Tiene aspecto de haber sido un modesto puesto de comidas.
Actualmente es un restaurante que requiere reserva para poder comer en él durante los fines de semana. El local no es grande, aunque tiene la terraza abierta que se aprecia en la foto. Las mesas están algo juntas entre sí, modestamente vestidas, pero al menos provistas de copas Schott. El servicio al principio resulta lento, tuvimos que llamar la atención para que viniesen a tomarnos nota, aunque no sirvió de mucho, aún tuvimos que esperar un poco más. Cuando nos tocó fuimos atendidos con eficiencia. El ritmo del servicio fue correcto.
Para beber, teniendo en cuenta la materia prima que ofrecen, elegimos un blanco de finca de Bodegas Torres, el Fransola 2004, elaborado con sauvignon blanc. Un vino que no estaba en las condiciones adecuadas, ya que se había oxidado bastante. Siendo un blanco en parte fermentado y criado en barricas de roble nuevo americano, me sorprendió que estuviese tan evolucionado. No lo disfrutamos.
De primera entrada pedimos unas algas salteadas al ajillo. Sorprendente plato, el que más nos llamó la atención. Muy original y satisfactorio.
Continuamos con un plato de salazones. Hueva de maruca, mojama, bonito y anchoas. Tradicional elaboración de la costa alicantina.
También nos sirvieron una ensalada mediterránea. Colorista y fresca. La tomamos con satisfacción. Venía con guindilla y pimiento en salmuera. Muy apetitosa.
Siguió la comida con un pulpo guisado, que nos sorprendió al ver que se trataba de pulpitos. Estaban sabrosos y tiernos, aunque esperábamos otra cosa.
Después nos llegó la estrella de la comida, para este plato nos desplazamos hasta aquí. Los erizos, docena y media de erizos para dos personas. Visto y no visto. Lástima que no los hay en cualquier época del año.
El arroz que siguió era “a banda”. No entusiasmó.
De postres un tiramisú. Bueno
El otro postre fue una torta de calabaza con chocolate. También estuvo buena, para un incondicional de la calabaza, como soy yo.
Buen sitio para disfrutar de los productos del mar frescos y naturales, sobre todo en la época del erizo. Los platos servidos formaban parte de un menú erizos, por un precio de 30 euros, al cual nosotros le añadimos las algas y media docena más de erizos. El precio por persona fueron 50 euros. Cuidado con los vinos, la conservación no parece la idónea. Mejor pedir añadas recientes.