Durante los meses de junio y julio, algunos restaurantes y bares de la ciudad de Morella están celebrando unas jornadas de promoción del tapeo y fomentando la cultura gastronómica. La campaña se llama “Anem de tapes”. Existen unos menús preestablecidos y publicitados en un folleto que se distribuye en los centros de hostelería y restauración de la ciudad.
El restaurante Vinatea, adherido a estas jornadas, se encuentra en la calle Blasco de Alagón 17, de Morella, CP 12300. Teléfono 964160744. Es fácil de localizar ya que se trata de la calle principal de Morella, donde se encuentra la mayoría de restaurantes y que prácticamente atraviesa la ciudad de parte a parte.
El local es de aspecto confortable, con detalles muy cuidados, a destacar la cava de vinos que hay en la planta sótano. Todas las instalaciones son nuevas, excepto el pozo, que seguro es anterior.
El servicio muy atento y sabiendo lo que se llevaba entre manos.
Las mesas bien vestidas con mantel blanco, cubierto por un camino de mesa que le aporta un contraste agradable. Las copas y cubiertos correctos, así como la vajilla. La iluminación algo irregular, ya que los puntos de luz son muy intensos y directos. Afortunadamente mi parte de la mesa era la iluminada y los platos se veían bien.
La carta de vinos bien surtida, aunque con predominio de las zonas españolas de Rioja y Ribera del Duero, no obstante pudimos elegir un Gotim Bru 2007 de Castell del Remei de la DO Costers del Segre. Elaborado con tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y garnacha, con una ligera crianza en barrica. Un vino más conocido fuera de España que dentro, ya que a la cosecha del 2000 Robert Parker le concedió 92 puntos. Tiene una excelente relación calidad precio.
La primera tapa que nos sirvieron fue una ensalada de huevo de corral y jamón. A pesar de su sencillez, o tal vez por eso, sorprendió, resultó muy apetitosa, refrescante y contundente al mismo tiempo, aunque la contundencia ya la esperábamos sabiendo de los fríos de esta zona en invierno.
Además aderezada con aceite de olivos milenarios, según dice la etiqueta.
Le siguió una triple apuesta, croqueta de boletus, con sabor, bombón de foie con chocolate de naranja y croqueta morellana. Ésta última es la que tiene forma de empanadilla. Nada que destacar, simplemente correctas.
Después algo que esperábamos con mucho interés. primero por un plato de mar de este tipo tan lejos de la costa y después por las expectativas que teníamos al ser buenos aficionados al erizo. Pero al erizo crudo. En este caso nos faltó el intenso sabor a mar que tiene el erizo fresco, éste al ir relleno y gratinado no era lo mismo, pero no obstante el plato está bastante conseguido. Tal vez con menos calor en su elaboración el resultado sería más apetecible para mí.
La cuarta tapa nos pareció espectacular, también sorprendente por tratarse de productos del mar. Zamburiñas con aceite de trufa. Sabrosas, tiernas y bien presentadas, además de ser un plato abundante. Lo mejor de la cena.
A continuación una chistorra a la brasa con pimiento asado. Calidad en un producto modesto y sencillez también en el plato, aunque de sabor auténtico. Perfectos los puntos de asado de ambos elementos.
Gambas en tempura con mahonesa de soja. Buena ejecución y buen producto, es todo lo que hay que decir. Sin sorpresas.
En este punto nos sirvieron un sorbete de mojito. Estaba bueno, aunque no entiendo que lo sirvan antes de finalizar la comida, se supone que piensan que el cliente tiene el paladar fatigado y necesita cambiar de sabor y temperatura. Es una costumbre cuestionable.
El último plato, aunque se denomina tapa no deja de ser un plato por la cantidad, fue pulpo gratinado con patatas y crema de ajo. Un bocado bastante contundente que costó terminar, después de tanta comida anterior. Estaba bueno, pero con un menú largo no se aprecia como se merece.
De postre nos sirvieron una crema de café helada. Muy agradable y buena. Un buen postre bien elaborado.
Para finalizar unos bombones de sorbete de frambuesa. Para los golosos del chocolate un buen bocado, dulce por fuera y algo ácido por dentro.
El precio pagado por persona estuvo por debajo de los 30 euros, incluyendo el vino. Satisfacción general.