Una de las primeras cosas que me llamó la atención de este restaurante fue el nombre, y creo que no soy el único. Le preguntamos a Raúl, que tan amablemente nos atendió, cual era el origen de este nombre tan curioso, ya que el restaurante es auténticamente turolense y regentado por naturales del lugar.
Pues bien, este local está ubicado en lo que fue el barrio judio de Teruel, lo cual resulta obvio, ya que está en la plaza de la Judería número 9, 44001 Teruel, teléfono 978 624 076.
Además, si a esto le añadimos que debajo de los cimientos del restaurante, cuando se estaba construyendo, apareció una antiquísima bodega, probablemente con varios siglos de antigüedad, que ha quedado resguardada entre unos muros de hormigón y protegida con tierra, esperando que un día se pueda volver accesible.
Si a esta segunda circunstancia añadimos el buen tratamiento, interés y afición por los vinos que tiene este establecimiento, el nombre viene solo “Yain”, “vino” en hebreo.
El local es moderno, luminoso, cómodo y bien acondicionado. Tiene la zona de fumadores muy bien diferenciada y aislada por una puerta de la de no fumadores. La música ambiente agradable y suave. La climatización correcta.
Las mesas muy bien acondicionadas. Equipadas convenientemente, con criterio y buen gusto. Me llamó la atención el color azul de las copas de agua, las prefiero siempre blancas, pero nunca mejor dicho, para gustos los colores. Copas de vino, vajilla y cubertería, muy bien, con calidad.
La carta de vinos muy extensa, con muchas referencias y bien equilibrada. El servicio del vino muy correcto, temperatura buena de servicio, conseguida en la propia bodega con condiciones naturales, sin cavas refrigerantes ni otros sistemas artificiales. Elegimos Tres Picos 2007 de Bodegas Borsao de la DO Campo de Borja. Elaborado con garnacha. Es un vino muy sabroso, con intensidad aromática y muy buenos matices tanto en nariz como en boca. Resulta un vino con cuerpo, redondo y con aromas de una buena maloláctica y frutas maduras.
La carta de platos muy interesante. Tiene un apartado exclusivo de platos de bacalao que recomiendo probar, el resto de platos muy sugestivos y atrayentes. También hay dos menús para elegir, el menú degustación y el menú Yain. Ambos con muy buen precio. Durante este año tienen una oferta para la noche de los viernes muy interesante. Menú degustación 2x1, bebida aparte.
Nos sirvieron un aperitivo consistente en caballa en un escabeche ligero con pastel de patata y pimiento choricero. Textura y sabores exquisitos. Un pequeño bocado sorprendente.
De entrada pedimos lomos de sardina de cuba (salazón) sobre lascas de pan ligeramente tostado, cubierto de brotes de alfalfa y sobre una brunoise de melocotón en almíbar y tomate natural. La sardina impresionante, muy lograda, nada salada y muy jugosa. No sé como lo consiguen, el tratamiento de la sardina esta muy logrado. El sabor del tomate muy bueno y el melocotón en almíbar ensamblaba perfectamente. De lo mejor de la comida. Y el precio increible, se puede ver en la cuenta fotografiada al final en la galería de fotos.
Para primer plato o segunda entrada, verduras al wok con trufa de Sarrión y salsa de soja. Sobre este plato estuvimos debatiendo si nos gustaba o tenía alguna deficiencia en su elaboración o mejor dicho en su presentación. Las verduras estaban muy buenas, variadas y abundantes, pero encontré a faltar algo más de sabor a la trufa y un exceso de aceite en el fondo de la fuente. Por el contrario, la otra opinión era que seguramente la presencia del aceite se podía deber a que la trufa pudo ser infusionada en él y por eso viene con tanta abundancia. Venía acompañado de una salsa de soja estupenda, dimos buena cuenta del plato, incluso mojé algo de pan.
Le llegó el turno al bacalao, rueda de bacalao, se denomina el plato, tres presentaciones distintas en bacalao en un mismo plato. Por una equivocación en la cocina acabaron siendo cuatro las presentaciones. Inicialmente tuvimos soldaditos de pavía, bastoncitos de bacalao de muy buena calidad rebozados y fritos. Fritura nada aceitosa y de muy buena textura. Sabrosos. Me dejaron sorprendido. Otra presentación fue bacalao asado sobre un lecho de patatas. Un precioso lomo de bacalao en un punto perfecto de horno. El tercero corona de bacalao con salsa de boletus edulis y berenjena. Muy bueno también, la salsa potente y reconocible sus sabores.
El plato extra de bacalao que recibimos como consecuencia del error, se convirtió en todo un detalle de cortesía por parte del restaurante. Fue un exquisito plato de bacalao dourada, típico plato portugués de excelente ejecución acompañado de patatas paja. Exquisito y muy bien realizado. Fue una suerte pedirlo.
El último plato antes del postre fue una carne, rueda de ternasco con albóndigas. La carne de cordero crujiente por fuera y jugosa en su interior. Acompañado de cuatro albóndigas de carne muy sabrosas. Fue difícil terminar este plato, ya que las raciones de todo lo servido son bastante abundantes y además el plato extra de bacalao.
El postre pedimos que fuese ligero y así resultó. Copa de canela con arrope de PX y yogurt griego. Sutileza en la copa, una espuma de canela, con el PX sobre el yogurt en el fondo y un dadito de gelatina de algo que nos quedamos sin averiguar que podía ser, pero estaba bueno.
Sobre el café, que no estaba mal, nos dijo Raúl que están haciendo pruebas con un tostadero que hay en la ciudad para que les elabore uno especialmente para ellos, con un tostado más ligero, para que destaquen mejor los aromas afrutados del café y menos los quemados. Nos dijo lo importante que es para él que un final de comida se cierre con un buen café y no con algo que acabe agrediendo al paladar. Estoy totalmente de acuerdo.
Al terminar Raúl nos enseñó el restaurante y la excelente bodega que tienen.
Un lugar que tan solo está a una hora y media de Valencia, al cual vale la pena ir aprovechando cualquier salida hacia Teruel. Cierra domingos noche y lunes noche.