El pasado 25 de junio hicimos una nueva visita a Raúl en el restaurante Yain, situado en el barrio judío de Teruel, plaza de la Judería número 9 teléfono 978624076. El local lleva abierto apenas tres años, en esta anterior entrada están explicados los orígenes y alguna curiosidad más.
En la carta es destacable la sección de platos de bacalao que existe, incluyendo una rueda de bacalaos, que consiste en una degustación de cinco elaboraciones diferentes.
Con la elección del vino no tuvimos problemas, ya que Raúl es un buen experto y no hubo más que aceptar su sugerencia, con una magnífica relación calidad precio. Nos recomendó un vino de la DO Cariñena, de nombre Corona de Aragón Special Selection 2008, de la Bodega Grandes Vinos y Viñedos, con un 50% de garnacha y un 50% de cariñena. No está disponible en el mercado español ya que es un vino destinado exclusivamente a la exportación.
De aperitivo nos pusieron una lasaña de pisto, huevo duro y atún. Tal como se ve de aspecto estaba de sabor.
Continuamos con un boquerón en salmuera, con queso parmesano gratinado, montado sobre un pan de focaccia. Magnífica combinación. Un boquerón del que nos estuvimos acordando varios días. Está inspirado en una torta típica de la zona del Maestrazgo.
Después tomamos unas mini hamburguesas de habitas con espuma de tomate. Muy originales y con una variedad de texturas, desde el crujiente del pimiento verde a la espuma del tomate.
Lo siguiente fue un guiño al cine, pedimos ratatouille. Verduras cortadas finas y asadas al horno, con salsa romesco y vinagreta de tomate y tomillo. En su punto las verduras y la vinagreta muy acertada.
Luego vino la rueda de bacalaos, una auténtica especialidad de la casa. En esta ocasión nos pusieron “revuelto dourado”, “turbante de berenjena y boletus”, “bacalao asado sobre una cama de patatas”, “soldaditos de pavía” y bacalao en pepitoria. De todos ellos yo destaco el revuelto dourado y los soldaditos de pavia.
De postre tomamos tarta de queso con puré de orejones y helado de té negro pakistaní.
Para finalizar la comida pedimos unos gin tónics. La originalidad es que te lo sirven con el hielo aromatizado, acompañado de pétalo de rosa, piel de naranja y menta, manzana, aceituna negra y albahaca.
El resultado es espectacular, una sinfonía de colores y aromas, pero requiere una ginebra seca y no demasiado aromatizada, para que no se enmascaren los aromas. Habrá que hacer alguna prueba en casa.
El precio, con vino y copas, 77’75 euros dos personas. Impresionante relación calidad precio