Un oasis gastronómico cerca de una maravilla de la naturaleza
Empiezo confesando que no conozco Noja, pero me atrevo a decir que seguramente este es el mejor sitio en el que se puede comer en esta localidad. Me pueden tachar de ignorante, ya que no he visitado el resto de establecimientos, y tendrán razón en eso, pero seguramente en este asunto no me equivoco. El trabajo que se está realizando en este lugar es encomiable, la amabilidad y profesionalidad de su personal incuestionable y las instalaciones ahora se verán para que juzguéis.
La entrada. Está ubicado en las instalaciones del campo de golf, pero tiene acceso libre e independiente para los que no son socios del club.
La terraza. Para disfrutar de una copa después de comer o de un aperitivo antes.
La sala. Montada con gusto, minimalista y mucha luz. Se puede ver la cocina a la derecha que está diáfana para observar desde ese lado del comedor.
Detalles del cuidado y presentación de las mesas, así como de la calidad de los elementos utilizados.
La carta de vinos es lo bastante amplia y representativa, con precios aceptables. Para el menú degustación que se eligió, este Pago de los Capellanes roble acompañó perfectamente. Me parece un vino muy bien elaborado y de mi agrado.
La calidad del tapón da una idea de los cuidados que se han tenido en su elaboración, aun tratándose de un vino joven.
El pan de harina de maíz y pipas de girasol, es original y está bueno.
El aperitivo fue un dim-sum de gambón.
La primera entrada un tratar de salmón, mahonesa de algas y tirabeque ¡Exquisito!
Foie, sobao pasiego y miel de palma ¡Extraordinario! Se me van a acabar los adjetivos.
Cremoso de Idiazabal, hueva de arenque, trucha y erizo de mar. Encurtidos de pepinillo, oliva y cebolleta. Fantástico el contraste de texturas y sabores.
Arroz marino con mahonesa de algas, decorado con verdolaga y algas codium y salicornia.
Mollejas teriyaki, parmentier, calamar y crujiente de arroz. Muy buena esta combinación.
Merluza, salsa de kimchi, manita de cerdo con su crujiente y hebras de cayena japonesa.
Carne roja de lomo de vaca, patata y chimichurri. A esta carne, para mi gusto, le sobra el chimichurri.
Tocino de zanahoria, helado de moscato y sopa de te y limón ¡Espléndido!
Quesos de Cantabria: queso de vaca, oveja y cabra. Helado en el fondo de la copa y luego una mousse de esos quesos, con un pan dulce garrapiñado ¡Algo extraordinario!
Finalizamos con un orujo de té de roca.
Fue una comida muy satisfactoria, con un trato dispensado por Ángel y Javier muy entrañable ¡Gracias!
Un restaurante muy, muy recomendable.
SAMBAL. Calle Arenal s/n. Campo de Golf Berceda. Noja. Cantabria. Tfn. 942 631 531