¡Ahora sí! Arantxa cogió la batuta.
Dicen que a la segunda va la vencida. Unos días después de la primera visita volví junto con unos amigos a este restaurante. Como hacía solo dos meses que habíamos estado pedimos algún cambio en el menú degustación, y Arantxa, en un momento nos propuso una alternativa que nos dejó encantados, antes y después. Sobre todo por que lo primero que hizo fue eliminar el magret de pato, de tan funesto recuerdo para mí.
El menú resultó muy atractivo, mucho más que el de la carta. Esta chica es una artista, sabe muy bien lo que se lleva entre manos. No sólo es una experta en vinos, domina también la técnica de la sala y los comensales.
Nos sacaron de aperitivo una sopita caribeña, consistía en una especie de gazpacho hecho con maíz y coco. Exótico y sorprendente pero sin enamorar. El pan de focaccia.
Empezamos pidiendo un blanco fermentado en barrica, para los primeros platos que nos iban a servir. Nos propuso un Viñas del Vero 2006, en muy buenas condiciones.
El vino blanco maridó perfectamente con los berberechos al vapor con sorbete de limón. Berberechos exquisitos, de buen tamaño y perfecto punto de elaboración. La única pega era el sorbete, un poco fuerte para la delicadeza de los berberechos.
De segundo tomamos una vieira con brandada de jamón ibérico. Buena combinación de tierra y mar. Iba acompañada de una mayonesa de boletus edulis extraordinaria.
En este punto hizo su entrada el vino tinto, para acompañar a los dos siguientes platos. Repetimos el mismo de la otra vez. Mazarrón 2005, varietal de tempranillo, 14 grados, de la Tierra de Zamora. Se comportó estupendamente.
Después le llegó el turno al atún, mucho mejor que la otra vez, en su punto de sabor y plancha. Iba acompañado de una ensalada, ajoblanco y huevas de trucha. Un plato bastante conseguido.
Después llegó la carne, un estupendo trozo de carrillera, jugoso y muy tierno, con verduras al vapor y un puré de manzana. Excelente el punto de la carne.
De postre tomamos una tarta de mascarpone junto a un helado de te, muy bien hecho, y unas grosellas.
Total la factura de cinco personas 298,95 euros, lo que hace una media de 60 euros por persona. Lo habitual en estos sitios.