Es ésta una receta sencillísima, que casi me da vergüenza explicar. Pero como la tengo que presentar, pues os la cuento.

Los ingredientes, para una persona, son los siguientes. 100 cc de nata, 50 gramos de chocolate blanco y 50 gramos de yogur griego. Es importante que el yogur sea estilo griego que son más cremosos, nada de desnatados o similares, ni con frutas ni azucarados, menudo empalago.

Para decorar y acompañar yo utilizo unas hojas de hierbabuena y algún fruto rojo, tipo fresón, fresas, arándanos o grosellas rojas. Le dan un toque fresco al postre al darle un punto de acidez que le viene muy bien.

El procedimiento es el siguiente. Se calienta la nata y, sin que hierva, se añade el chocolate para que se funda. Cuando está fundido se retira del fuego y se deja atemperar antes de añadirle el yogur.

Cuando ya se ha enfriado a temperatura ambiente, se añade el yogur y se mezcla con una varilla de batir para que se integre bien.

Después de esto ya está listo, se pone en el frigorífico y en el momento de servir se le añade la hierbabuena y las frutas.

Veis que fácil. Y está muy bueno y suave.