El comedor de 2 Estaciones es bastante pequeño, pero allí se disfruta de grandes cosas. Menos mal que dispone de un buen espacio de terraza que le permite un desahogo importante para aumentar significativamente el aforo del restaurante. En ella estuve yo.
Al frente están Mar Soler y Alberto Alonso, que trabajaron con Vicente Patiño y Ricard Camarena respectivamente. Puedes comer a la carta o elegir uno de los tres menús que van cambiando estacionalmente. Su cocina es sustanciosa, inspirada en la temporalidad, elegante y aparentemente sencilla, aunque cargada de una gran creatividad.
Yo elegí el menú intermedio, compuesto de dos aperitivos, cuatro entrantes, un pescado, una carne y dos postres. Muy completo y equilibrado.
Como primer aperitivo me sirvieron esta "Sopa de cebolla, teja de queso y yema curada". Aparentemente sencilla pero te aseguro que había mucho allí dentro. Buen sabor, equilibrio y matices de cada uno de sus ingredientes.
El segundo de los piscolabis de inicio fueron estas patatas a la importancia en salsa verde. Originalmente se trataba de un plato humilde de la provincia de Palencia, pero se ha extendido su popularidad, sobre todo en el norte peninsular. Son patatas rebozadas que en este caso van acompañadas de un jugo especial. Muy original como aperitivo.
Empezamos las entradas con esta "Ostra valenciana con jugo de tomate y Jerez", el molusco es de Les Perles, cultivadas en el Puerto de Valencia. Lo que la acompaña no es lo que parece (trampantojo), en realidad es un Bloody Mary hecho con un vino generoso. Parecía talmente el famoso cóctel y a la ostra le iba muy bien.
Segundo pase de la segunda sección (entradas). Se compone de Pastel de cabracho, cabracho curado, alcachofas, leche quemada y galletas crujientes con cacahuete del "collaret", típica legumbre valenciana. Un bombón parecía, debajo de los filetes del pescado se escondía el cremoso pastel, muy bien acompañado por las pequeñas lascas de alcachofas fritas y la crema de leche. Me pareció una genialidad.
A continuación llegaron estas habas salteadas con sardina a la brasa, tomate seco y aceituna negra. A destacar ese puré de tomate seco que se escondía en el centro del plato.
Después vinieron unas alubias rojas de Ibeas (D.O.)(un pueblo de Burgos), con carrillera de cerdo a la plancha y crema de puerros. Muy mantecosas y suaves. Una legumbre de muy limitada producción y de la que se circunscribe su consumo al entorno local o familiar.
Tuve la ocasión de probar, fuera del menú, un clásico de la carta. La coca de lengua de ternera, pak choi y salsa tártara. ¡Brutal! No te lo pierdas.
El plato principal de pescado fue esta merluza al vapor con patata chafada y emulsionada con su pilpil y un jugo de pimiento verde en salmuera. Perfecto el punto de cocción y muy original y sabroso el jugo que le acompañaba.
Acabamos la parte salada de la comida con esta "Vaca de la Sierra de la Demanda", con puré de boniato y distintas miniaturas de coles: Romanesco, coliflor blanca, coliflor morada, col de bruselas, repollo... Todo apetitoso, la carne como mantequilla y un exquisito sabor.
Remolacha, helado de coco e hinojo. Buena transición para el final de la comida.
Manzanas, requesón y regaliz. ¡Uf! No te sé decir que me gustó más, desde luego el conjunto. Probé por separado todos los ingredientes y luego juntos. Ve, pruébalo tú y decide.
Cuando no conoces el menú de antemano es complicado elegir un vino que te acompañe durante toda la comida, por eso se inventó lo del maridaje, pero yo prefiero mantener un único vino todo el tiempo, por eso pedí ayuda y Alberto y me recomendó este blanco reserva de Óscar Tobía. Un Rioja de muy buenas hechuras, perfecto para todo el menú, incluso la carne. Está elaborado con las variedades Tempranillo blanco 55%, Viura 35%, Maturana blanca 8%, Malvasía 2%. Es un vino maduro con un intenso color amarillo dorado y reflejos verdosos. En nariz, revela un enigmático conjunto de notas que incluyen miel, piña y cítricos. En la boca se muestra muy voluminoso y redondo, fresco, con una extraordinaria acidez que lo hace muy refrescante. Espectacular.
Una feliz y grata experiencia que tenemos que repetir.