Un vino que hay que probar alguna vez, si puede ser más de una mejor, es un vino que invita a seguir bebiendo, y esa es la mejor señal de que gusta porque está bueno.
Yo lo probé la última vez en el restaurante Yarza, la fiesta fue doble.
Era una añada 2013 de Bodegas Vinícola Real, DOCa. Rioja, de corte clásico y de hechuras excelentes. Es poseedor de unos aromas intensos donde destacan las frutas rojas maduras, entrelazadas con toques de madera de cedro. En boca, se presenta con cuerpo y equilibrio, ofreciendo una textura sedosa y elegante. Se escribe con G porque es así como aparece la palabra en los albores del castellano. Este vino es el resultado de la selección de tres variedades de uva: Tempranillo 85%, Graciano 10% y Garnacha 5%. Envejecido durante un mínimo de 20 meses en barricas nuevas de roble francés y americano, permaneciendo al menos 16 meses en botellero.
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