Un cierre incomprensible.
Me produce una gran tristeza ver que se cierra un restaurante, aunque a veces lo puedo llegar a entender, pero cuando lo hace un local que, desde mi punto de vista, lo está haciendo bien, ¡muy bien!, me resulta triste, lamentable e incomprensible. Lo siento, en primer lugar, por aquellas personas que han hecho de ese concreto negocio su medio de vida, eso lo primero. Y después lo siento, por que se nos priva a muchos aficionados al buen comer de una grandísima ocasión de disfrutar de ese placer que tanto nos gusta. Pero si además este hecho sucede en la que en 2015 fue nombrada por la UNESCO "Ciudad creativa de la gastronomía" todavía lo entiendo menos y me duele más ¿Porqué Dénia le ha dado la espalda a este gran cocinero?
Me da miedo pensar que la falta de comensales se haya debido a que en su carta no hay arroces ni fideuà, sería muy, pero que muy triste. Cuando alguien ofrece lo que otros no tienen o no son capaces de hacer, para mi es un gran atractivo. Me cansa mucho ver que las cartas se repiten de uno a otro restaurante, como si las hubiera elaborado la misma persona. De acuerdo que hablamos de cocina peruana, pero es comida y de la buena. No en vano Perú está considerado como uno de los países donde mejor se come actualmente, su riqueza gastronómica, debido a sus técnicas ancestrales de elaboración y su riquísima variedad de productos (tiene más de tres mil variedades de patata entre otras cosas) lo hacen firme candidato a que se declare a su gastronomía, en breve, bien inmaterial de la humanidad, igual que lo fue la dieta mediterránea en su día o la cocina francesa. Como prueba de lo que digo aquí está esta leche de tigre insuperable, la mejor que he probado. Equilibrio de sabores con una variedad de ingredientes que sorprenden en cada cucharada. Ají amarillo, cilantro, lima, maíz tierno (choclo), maíz tostado (cancha), plátano macho y sobre todo su refrescante sabor ácido. Un derivado del emblemático ceviche, se ha convertido en un estupendo aperitivo con entidad propia.
La cocina de Amaru, y la peruana en general, no utiliza muchos ingredientes ajenos a nuestra cultura gastronómica. Más alejadas de nuestras costumbres están las cocinas orientales, con la china y japonesa a la cabeza. Como prueba de proximidad, estas alitas de pollo glaseadas, que están buenísimas.
Perú ha recibido muchas influencias extranjeras debido a las vicisitudes coloniales, políticas y migratorias. Desde 1532, cuando Francisco Pizarro inició la conquista de Perú, hasta 1821 en que se declaró independiente de la corona española, hubo mucho tiempo para recibir nuestra influencia cultural y, claro está, gastronómica. A finales del siglo XIX Perú necesitaba mucha mano de obra y allá que acudieron chinos y japoneses, que acabaron integrándose en la sociedad peruana de la época ¿Quién no recuerda a Fujimori como presidente de la República? Fruto de ese crisol de culturas hay en la gastronomía de allí bastantes vestigios de estas cocinas, que incluso reciben una denominación específica. A la fusión de lo chino y peruano se le conoce como cocina chifa. Y a la de lo japonés con lo peruano se le denomina cocina nikkei. Pues bien, después de esta larga introducción, os presento este exquisito muchame de atún, que parece un teriyaki, pero no lo es, se elabora de distinta manera y se acompaña de ingredientes propios de la cocina de allí. Atún rojo marinado, alcaparras, cebolla morada, aguacate y aceite de cítricos.
El chicharrón de chancho (cerdo) tiene, sin duda, sus orígenes en la cocina española. A esta carne de cerdo frita en manteca originalmente, se le añadieron elementos netamente peruanos. Siempre que he ido a comer a Amaru he pedido este plato. Sobre una tortita con plátano frito se coloca una tiernísima carne de cerdo, panceta muy magra en este caso, y se acompaña de cebolla morada, coronada por hilos de boniato fritos (crocante camote) ¡Espectacular!
En este plato se nos presenta la cocina chifa. El arroz chaufa es un gran plato de la cocina peruana, lleva panceta laqueada, langostinos, cebollita china, jengibre, pimiento, huevo, mirin y soja. Se hace en wok ¿Qué os recuerda? Está muy sabroso, también para repetirlo en varias ocasiones.
El ají de gallina es un plato típico peruano elaborado con una crema espesa, gallina y pollo desmenuzados, nueces y nata, ají amarillo, ají mirasol (pimientos picantes), patatas, huevo y arroz. Plato contundente pero muy sabroso y es de los que se acaban sin darte cuenta. A pesar de los chiles o pimientos picantes, el plato no resulta agresivo a las papilar, ya que la nata, los lácteos en general, neutraliza la capsaicina que es la responsable del picante.
Lomo saltado. Este plato me sorprendió muchísimo la primera vez que lo tomé. Me pareció muy conseguido, tiene sabor, sacia pero resulta fácil de comer y parece que tiene de todo. Lleva lomo de ternera, cebolla morada, tomates flambeados al pisco y patatitas cocidas reventadas. También se elabora en wok. Es una delicia.
Para finalizar las comidas en Amaru, que mejor que un pisco sour bien elaborado.
Voy a echar mucho de menos todo lo anterior. Una lástima que una ciudad como Dénia no haya sabido entender lo que aquí se ofrecía.
Espero que pronto resurja de sus cenizas como el ave Fénix ¡Hasta pronto Nano Gómez!