Una alegría que añadir al último viaje hecho a Dénia. Aunque el restaurante es de sobra conocido por los asíduos de esta maravillosa ciudad, hay que decir que recientemente ha cambiado de propietario por jubilación del anterior dueño, pero tranquilos esa es una de las pequeñas novedades que se han producido. La calidad del género es la misma, es decir excepcional, y hay dos pequeñas pero importantes transformaciones más, ahora sí hay carta para poder pedir a tu gusto y la oferta de vinos ha crecido notablemente, como ves va a mejor la cosa. Fuimos a hacernos un aperitivo rápido y empezamos con estas espléndidas ostras Gillardeau. Sabrosas y golosas.
Como te he dicho la oferta de vinos ha crecido, incluso en la opción de tomarlo por copas, en el momento que estuve yo había cinco vinos disponibles con esta posibilidad, tres blancos y dos tintos. Éste que elegimos era de una botella de magnum de Les Freses. Muy refrescante y disfrutón.
Y como no, la ocasión no sería perfecta sin llevarse a la boca unas cuantas gambas rojas como estás. Pura ambrosía este magnífico manjar extraído del mar. De caparazón rojizo, carnosa y sabor marino con toque dulzón, la gamba roja es un lujo gastronómico, emblema de esta ciudad. Se comen con auténtica delectación.
Hoy como ves la reseña es breve pero de contenido de alta calidad. Si quieres disfrutar de la barra de Aitana o de sus escasas mesas no te olvides de reservar. Disfruta.