Restaurante emblemático de la ciudad de Murcia. Reconocido con un Sol Repsol y recomendado por la Guía Michelin. David Muñoz, su chef, es una de las figuras más relevantes de la gastronomía murciana, con una personalidad exigente e inconformista, que transmite a sus platos y a su forma de llevar el negocio.
La propuesta del restaurante Alborada es de cocina de mercado y mediterránea, en la que priman la calidad y el producto de temporada, elaborado con respeto, en su punto óptimo. Su filosofía es trabajar buenos productos y hacer con ellos cosas nuevas, ofrecer sabores potentes. Esta fue nuestra experiencia.
El crujiente de alcachofas con ajillo de gulas y gambas. Magnífico producto y elaboración en su punto. Buen comienzo para la primera toma de contacto.
La patata rellena de cremoso de boletus y foie. Esto parecía un bombón. Espectacular.
Seguimos con una crep de marisco con salsa de puerros y almendras tostadas. Recordarlo se me hace la boca agua, aunque la salsa no acabó de convencerme.
Llegaron los ravioli frescos rellenos de foie a la salsa de trufa blanca. Viendo los ingredientes del plato ¿qué puede salir mal? Pues eso.
De principal tomamos ijada de atún en taco con dulce de tomate, alga wakame, caviar de soja y polvo de avellanas frescas. Una pasada de plato, con mucho juego para ir mezclando el atún con distintos sabores del plato. Magnífico.
No tomamos postre por falta de apetito, pero esta hubiera sido mi elección: Milhojas de manzana agria con helado de vainilla y salsa de chocolate negro.
El vino elegido para la comida fue este Godeval Cepas Vellas 2016, elaborado con la variedad Godello. Fermentado en acero inoxidable en contacto con sus lías finas durante cinco meses. Destaca por su buen conjunto aromático con notas de hinojo y fruta de hueso. Entra en boca con mucha armonía, maduro, con una acidez noble y bien presentada. Largo en recuerdos frutales con la agradable presencia de notas cítricas. Delicioso.
A tener en cuenta