Un viaje al mundo árabe
Ya había llegado a mis oídos que éste era un restaurante en el que se comía bien y que los platos eran muy auténticos. A veces, en algunos restaurantes de cocina étnica o extranjera, tratan de adaptar las recetas originales al gusto de los comensales del país anfitrión. No obstante, pese a lo dicho, aquí también se aprecia un uso moderado del comino y otras especias, a las que no estamos muy acostumbrados. Algunos.
El local transmite un buen ambiente, la decoración parece bastante adecuada para recordar las construcciones del país vecino. El personal también influye, pues te reciben con un saludo en árabe "Nsala maleikum" a lo que se debe responder "Maleikum nsala" o bien "Salam aleikum".
Ofrece un menú del día, de lunes a jueves, muy interesante, ya que te permite elegir casi cualquier plato de la carta, como es el caso de las distintas variedades de cous-cous, que son siete, y tres de las modalidades de tajín, aquí estás un poco más limitado, ya que no se puede optar al tajín de ternera o al de kefta (carne picada). Pero una buena opción es pedir el menú y completarlo con algún plato extra de la carta, no sale mucho más caro.
La vajilla también ayuda a crear ambiente, toda ella es de este estilo.
No soy un experto en panes y menos aún marroquíes, pero investigando un poco he deducido que el que nos sirvieron se llama "Msemen", ya que evidentemente no estaba frito, como el Rghayefque es casi idéntico, y sí se descomponía en capas como el hojaldre. Me pareció un pan muy bueno.
De primero me apetecía probar el hummus, ya que es un plato que suelo elaborar en casa y tenía mucho interés en contrastar el resultado. A mí me sale más espeso, con más sabor a jo y comino. Pero qué duda cabe que éste estaba diferente, sabroso y suave.
Como éramos dos a la mesa, aunque coincidimos en el primero, de segundo pedimos diferente. Él tomó este cous-cous de pollo, que visto como dejó el plato de vacío me consta que debía estar bueno.
Yo me pedí un tajín de pollo, como se observa es un guisado elaborado en un recipiente de barro que da nombre al plato. Estaba suculento.
Éste es el recipiente del que os hablaba.
La gastronomía árabe es famosa por sus postres, elaborados principalmente con frutos secos (almendra) y miel. Esto era un rollito de chocolate con coco y miel y el otro de pasta filo con frutos secos y miel. Muy dulces, como es habitual y exquisitos.
Para finalizar la comida el servicio del té. Me resultó muy gratificante, me transportó.
Si os apetece la cocina árabe o marroquí en concreto, ésta es una buena opción.