Su especialidad son las carnes, pero hay mucho más en la carta
Hacía mucho tiempo que no venía a esta casa, demasiado, sobre todo después de haberme vuelto a sentar a su mesa y descubrir la grandísima evolución que ha sufrido en todos sus aspectos. Ya la entrada es toda una declaración de intenciones. Un botellero expositor que te dice que allí hay vino, en cantidad y calidad. Antes una nevera de carne madurada que impresiona por el tamaño de alguna de sus piezas.
El local es amplio, atractivo y confortable, además de versátil, ya que los paneles que simulan ser muros bajos en realidad son bloques móviles, lo que permite que, según las necesidades, la estructura pueda cambiar y adaptarse a eventos que requieran más espacio u otra distribución.
Foto de la web nuriabrasserie.com
Existe un comedor privado para un máximo de diez personas que es un encanto.
La carta está confeccionada con sentido, es amplia, pero sin excederse, variada, sin extravagancias que tanto se llevan ahora, interesante, porque apetecen muchas cosas de su contenido y con sugerencias para pedir por encargo (que no os asusten los precios, algunos son para más de una persona). Os cuento algunas de las cosas que comimos.
Burrata ahumada en mesa con virutas de olivo, con una mermelada de tomates cherry y salsa picante harissa, debajo llevaba un pesto con pistachos. Cremosidad es la característica que debe definir a este queso, por encima de todo, y por supuesto un buen sabor a fresco y a nata. Los complementos del plato eran muy apropiados y muy equilibrados, no había protagonismo excesivo por ninguna de las partes.
En este enlace tenéis un video de como se realiza el servicio del plato https://youtu.be/810ifnd3BEI
Milhojas de medallones de pulpo con crema de patatas y perlas de yuzu, coronado con un mantilla crujiente de tinta de calamar. Una versión muy mejorada del clásico pulpo a la gallega.
Flor de alcachofa confitada en aceite de oliva y terminada con un toque a la brasa, queso trufado rallado y cecina crujiente, sal negra. La yema esta curada en salsa de soja y kimchi. Si la alcachofa sola ya está buena, con todos esos aditamentos ya os hacéis una idea. Para comerse un kilo.
Entramos en la fase de las palabras mayores. Solomillo de vaca madurado hecho a la brasa. Espectacular. Carne muy tierna y sabrosa, pero sabrosa de verdad.
New York steak madurado 40 días servido encima de un tuétano de vaca a la brasa y con la mayonesa hecha con la grasa filtrada de la propia carne. Con una cucharilla se coge un poco de tuétano, se pone sobre un trozo de carne y se corona con la mayonesa. Cada bocado es indescriptible. Seguro que lo pides cuando vayas allí a comer. La chuleta del New York es una pieza que pertenece a la parte media/baja del lomo de la vaca.
La tarta de queso se ha convertido en un fijo en la mayoría de restaurantes, pero ésta tiene algo diferente, lleva queso semicurado entre sus ingredientes, lo que acentúa su potencia y sabor. Muy rica y cremosa.
Éste es el vino recomendado por el restaurante, pensando principalmente en los platos de carne, ya que se trata de un vino potente, elaborado exclusivamente con la variedad tempranillo por las Bodegas Condado de Haza, pertenecientes al Grupo Pesquera, en la Ribera del Duero. Es un vino tinto concentrado con aromas de frutas negras, notas lácteas y ligeros toques ahumados y especiados. En boca es carnoso, potente y equilibrado. Un vino de cuerpo medio que combina fruta con torrefactos y que persiste de forma larga y agradable.
En conclusión, una comida muy satisfactoria, en un ambiente muy agradable y atendido por un personal muy cualificado y cordial.