Paisaje y cocina para disfrutar
El mar por un lado, las puestas de sol por el otro y en el centro este restaurante, donde el producto se presenta sin disfrazar, bien tratado y de calidad. Las brasas son una de sus especialidades, pero no hay que limitarse sólo a ese tipo de elaboración, se puede arriesgar sin peligro con cualquier plato de la carta. El trato es impecable, afable y muy correcto. En verano es imprescindible reservar.
Detalles como el del aceite son un muestra de cómo se cuida el producto y la apuesta que se hace por los elaboradores locales.
Un pequeño detalle como este sencillo aperitivo empieza a poner las cosas en su sitio. Una crema de queso que tenía el sabor que debía tener.
Para continuar con una croqueta casera de gamba roja espectacular. Dentro de la croqueta se apreciaban los trozos de la gamba, sin trampa ni cartón
He tenido pocas ocasiones de probar los mejillones a la brasa, no es la forma habitual de presentarlos. Estos estaban magníficos y muy sabrosos.
Carpaccio de pez mantequilla al estilo de La Chumbera. Excelentes materias primas entre los ingredientes, bueno pero sin sorprender.
Calamar de potera confitado. Este plato se sirve de los últimos, ya que se confita en el momento y eso, dependiendo del tamaño del calamar, tarda entre 20 y 30 minutos. Resulta tierno y apetitoso.
Galanes con verduras a la brasa. La oferta de este pescado por la zona de Cabo de Gata es habitual en este tiempo y había que aprovechar todas las ocasiones en las que se podía disfrutar. Es un pescado muy fino y elegante.
Huevos rotos con jamón de bellota, escamas de foie gras y aceite de trufa. Esta opción fue un capricho, lo pedí por los ingredientes y como si fuese una golosina. Tengo que decir que no defraudó, era una apuesta segura.
Pulpo a la brasa. Exquisito. Los productos elaborados con esta técnica acentúan su sabor, es lo que ocurría con los mejillones y también con este cefalópodo.
Esto es el café gourmet. Es un café y un postre. Una genial idea. Café, crema catalana, panna cotta con chocolate y mousse de chocolate. Todo en pequeñas porciones para poder disfrutarlo y quedarse con ganas de más.
La bodega del restaurante está bien referenciada, hay bastante donde escoger y a unos precios ajustados, pero además es que te recomiendan los vinos de su carta que tienen mejor relación calidad precio, según su criterio, y así nos decidimos por este Godeval de Valdeorras que casi lo regalan.
Este restaurante es uno de los lugares imprescindibles de la zona del Cabo de Gata, sin duda.