Villena es una ciudad gastronómica, hay muchos locales de restauración con buenos niveles en general, ya he comentado alguno y me quedan otros más por reseñar. El que nos ocupa hoy es un restaurante comandado por los hermanos Raúl Martínez en la cocina y Samuel Martínez en la sala. Ofrecen una versión de la cocina tradicional villenera y mediterránea muy contemporánea, con interpretaciones muy interesantes que demuestran que hay una reflexión muy meditada y trabajada. Es una opción bastante atractiva que justifica el viaje.
El aperitivo consta de una pequeña selección de panes y unas aceitunas acompañadas de unos encurtidos hechos por ellos. Muy suaves y agradables estos últimos.
Los panes venían acompañados de una mantequilla de miso, combinación extremadamente gustosa, gracias a la textura de la mantequilla y el profundo umami del miso.
Burrata con salmón en media salazón, pesto, brotes verdes y vinagreta de remolacha. Últimamente la burrata está presente en muchas cartas y menús, yo ya la voy evitando cuando puedo, pero ésta me gustó, era diferente, iba muy bien acompañada y mejor aderezada.
Trigo a la carbonara con teja de parmesano y papada. Espectacular esta versión del plato típico por excelencia de Villena, una interpretación magistral y un resultado exquisito. Me encantó mucho, lo podría calificar como el mejor plato de la comida.
Lubina (brasa) a la talla con salsa bilbaína y pico de gallo. Una forma de presentar el pescado que lo hace muy apetitoso. Las brasas le dan ese toque especial y luego la salsa le aporta una magnífica cremosidad. Los jalapeños le dan un toque canalla que te hace comer con cuidado esperando el ataque del picante.
Láminas de picaña a la pimienta y puerros asados. Otro ingrediente que se está popularizando mucho en los restaurantes. Esta se salva con honores ya que está muy bien elaborada, con esa salsa a la pimienta que le va tan bien a las carnes. Me gustó.
Fideuá de gamba roja. Donde haya una gamba roja hay que ir ¿o no? con su "all i oli" y sus tropezones ¿sepia macerada? Muy buena.
Tarta de chocolate, toffee a la sal y cacao. Ya he dicho muchas veces que no soy muy goloso y los postres no me entusiasman tanto como los platos salados, pero cuando hay chocolate, además lleva sal y cacao amargo, me encanta.
Bebimos este vino O Luar do Sil, de la D.O. Valdeorras, elaborado por la prestigiosa Bodega Pago De Los Capellanes con la variedad Godello. Es un blanco joven y fresco que destaca por su ligereza y sutiles aromas. Al acercarlo a la nariz se despliegan notas de manzana verde y toques cítricos. En el paladar, se confirma su elegancia con una textura suave y un recorrido placentero. Este vino gusta siempre.
Apúntate este restaurante me lo agradecerás.