Cuando vuelves tan pronto a un sitio es por algo
Es muy sintomático que en menos de diez días haya estado en un mismo restaurante dos veces. Las razones son básicamente tres, la calidad del producto, la exquisita elaboración de todo lo que he probado y la magnífica atención que dispensa el personal.
Como ya expliqué en el artículo anterior, se trata de un bar-restaurante italiano, que se provee del producto fresco del cercano Mercado del Cabañal y de importaciones de artículos autóctonos de su tierra. En una pizarra que hay en el local se expone una pequeña muestra de la carta, aunque la visita a la lonja determinará cuál será la oferta definitiva del día.
En esta ocasión, el objetivo era el menú especial que se anuncia en la fachada del local. Es como un menú degustación, pero con cantidades importantes. Compuesto por seis o siete platos, según el mercado, con un cóctel de bienvenida y un postre, que generalmente es un tiramisú. Todo ello por solamente 30 €. La bebida no está incluída. Eso sí, hay que reservar con 24 o 48 horas de antelación, ya que el producto es todo fresco.
Uno de los cócteles que sirvieron fue este Campari spritz, muy adecuado para empezar y poner a tono las papilas gustativas, elaborado con el famoso aperitivo y vino espumoso prosecco.
Como alternativa un cóctel Rossini, que es una variante del Bellini. Éste se elabora con fresas en lugar del zumo de melocotón original y con vino espumoso prosecco.
El desfile de platos del menú da comienzo con este montadito de queso ricotta, calabacín a la plancha y salmón ahumado. Está muy gustoso y apetecible.
Mejillones cocidos con vino blanco, pimienta negra, limón, ajos y unas cortadas de pan tostado para mojar el caldo que ha resultado del guiso. Muy suculento y abundante.
Tartar de atún con escalonia, aguacate, salsa de mostaza y miel y ralladura de lima. Muy tierno el atún y exquisito el plato.
Fritura de pescado del día, compuesta de boquerón, palaya (similar al lenguado), mollera o faneca, salmonete, bacaladilla, calamar de playa y gambas (gambón). La particularidad de esta fritura radica en que lleva también verduras rebozadas y fritas junto con el pescado. Está muy buena.
Lubina marinada con naranja y limón, aguacate, cebolla, pimiento y cigalas. Todo frescura, este plato está exquisito. La lubina espectacular y el añadido de las cigalas es un premio.
Atún en costra con sésamo, acompañado de una salsa de hinojo. El pescado en la misma línea que todos los anteriores, fresco, tierno y sabroso.
Agnolotti relleno de calamar de playa y ricotta, salsa de tomate fresco cherry, albahaca, cigala y gamba ¡Delicioso!
El postre este es imprescindible. Muy cremoso y fantástico. Se nota que es una de las especialidades ya que les sale muy rico.
Para beber dos vinos italianos, uno éste ya conocido de una anterior ocasión, que está perfecto para este tipo de cocina. Elaborado con la variedad autóctona ribolla gialla por Casa Vinícola Antonutti. Es un vino de color amarillo claro. Huele a hierbas, manzanilla y fruta. En boca es equilibrado, mineral y fresco.
El segundo vino de la variedad "Falanghina" elaborado por Vinosìa Lucciano Ercolino. Un aroma más frutal y joven que el anterior y con muchas notas de fruta exótica. Sorprende.
Aquí tenéis el horario del local. La dirección y el teléfono al final del artículo, en la ficha del restaurante. Os aseguro que os encantará. Yo pienso volver más veces.