Que un restaurante ofrezca un buen pan es una obligación ineludible, no me vale la excusa de que no hay buenos obradores a su alrededor, sobre todo después de saber que este restaurante se hace traer el pan desde Málaga, quizá te parezca una frivolidad, pero quien quiere puede. Afortunadamente en el Bar Ricardo lo tienen claro y sirven un buen pan, con un tostado perfecto. Gracias
Es muy complicado decir cuál es la mejor ensaladilla de Valencia, pero lo que sí está claro y es irrefutable es que en todos las listas o rankings que se hacen sobre esta cuestión la del Bar Ricardo está siempre entre las mejores. Se trata de una ensaladilla clásica, de las que se hacían en casa, nada tuneada con ingredientes que las hacen irreconocibles, aquí se distingue la patata, los guisantes, la zanahoria, el huevo duro, el atún y una melosa mayonesa que lo abraza todo.
Pedir marisco en Ricardo es una garantía de calidad, como es el caso de estas quisquillas frescas y dulces, con el sabor característico que adquiere su carne debido a los aminoácidos (Glicocola) que acumula para compensar la salinidad del mar.
Mientra haya alcachofas vamos a seguir pidiéndolas. Es un vicio lo sé, pero tal vez el único vicio sano que existe.
Croquetas hay muchas, en todas las cartas te encuentras de todas clases, pero estas de jamón del Bar Ricardo son sabrosas de verdad.
Uno de los pescados más codiciados del Mediterráneo, que estuvo muy cerca de la extinción por la sobrepesca pero que ha podido recuperarse gracias a la regulación de su pesca. Tiene muchos nombres aunque el más habitual es el de lorito, galán, gorrión o raon, según en que parte de la costa se pesquen. Como más buenos están es así fritos enteros, con su piel bien crujiente y sabrosa.
¡Qué decir sobre un montadito de foie a la plancha con unos granos de sal! A mí solo se me ocurre una cosa ¡Quiero más!
No tiene tanto glamour este montadito como el anterior, pero estoy seguro de que habrá más de uno que lo prefiera, aunque yo me pido los dos.
No creo que nadie le haya dicho que no a unos huevos fritos con patatas y si además llevan un jamón como este por encima, la cosa se convierte en una tentación invencible. ¿Pero alguien se va a resistir? ¿Para qué?
¿Cuántas veces has pedido una torrija y te han traído algo irreconocible? Deconstruido dicen. Bueno pues aquí tienes una auténtica torrija, de pan, seguramente duro, bañado en leche, con canela y limón, rebozado en huevo, frita y con azúcar. Tal cual.
El vino es una parte importante de la comida, cuando no aciertas con la elección se te queda una sensación de que la comida no ha sido todo lo buena que debería haber sido. Para algunos el vino será tan importante como el 50% del total, para otros tal vez el 30% o menos y para otros el 70% o más tal vez. Por eso hay que buscar bien en la carta y dar con algo como esto, un Ribeiro de la Bodega Ramón do Casar y elaborado exclusivamente con uva Godello. Lo hay también con Treixadura solo, si lo encuentras pruébalo. En nariz, despliega una intensidad aromática con notas de frutas tropicales, cítricos y flores. En boca, este vino muestra una acidez fresca y equilibrada, con una textura sedosa y un cuerpo medio. Delicioso.
El segundo elegido mantuvo muy bien el tipo y estuvo a la altura de su antecesor. Este Godello, también, de Dominio de Tarés, de la DO Bierzo, fermentado en barricas de roble francés con sus propias lías. Es elegante en el paladar, de color dorado brillante y con aromas a pera confitada, flor blanca y tofe. Una maravilla.
Si te gusta jugar a la lotería de los restaurantes, pero quieres ganar siempre, ve al Bar Ricardo.