Estoy convencido de que los aficionados a la buena mesa han pasado por el Restaurante Barbados en más de una ocasión, a pesar de que está fuera de los circuitos habituales más conocidos de la ciudad de Valencia, su prestigio cada vez es mayor, muy merecidamente. Es el abanderado de un barrio que empieza a reclamar un espacio propio en el escenario gastronómico local, acompañado de otros buenos restaurantes que van posicionándose, cada uno dentro de su franja de especialidad, singularidad o destinatario. Es curioso cómo se genera una sinergia o correlación de fuerzas que propicia que donde hay cosas interesantes aparezcan más similares como un efecto llamada.

Lo atractivo de este local es que, además de buena materia prima, de calidad indiscutible, bien escogida y bien presentada, también tiene cocina, cocina elaborada, igual te presentan unas gambas en su punto perfecto de cocción y textura, como un txangurro horneado o una fideuá o un arroz que te hacen chuparte los dedos. También una caldereta o unas cocochas de merluza con almejas o un steak tartar. Todo un mundo de posibilidades.

Con motivo de una ocasión especial escogimos este restaurante porque es una garantía plena de éxito. En el menú que elegimos empezamos con las gambas rojas de la foto anterior y después estas magníficas quisquillas.

El siguiente plato fue un tartar de atún rojo. Desde que lo probamos la primera vez no hemos dejado de pedirlo cada vez que hemos ido. Está exquisito, tanto el atún como el aderezo que le ponen. Es espectacular. Hay que tomarlo, preciso.

Las zamburiñas son otro de los platos al que es difícil resistirse. Están perfectas de punto y sabor. Aunque eso es una constante en todo lo que te voy a contar en esta ocasión.

Estas ostras Royal son las mejores que he comido nunca, lo digo así de claro y directo. Estaban carnosas, consistentes, de buen peso en la boca, muy marinas y de un sabor exquisito.

Te preguntarás ¿por qué pides una ensaladilla con todo lo bueno que hay en carta? Pues sencillamente porque esta no es una ensaladilla cualquiera, está hecha con centollo. ¿Qué te parece? A mi me encanta.

Aunque no estamos en plena temporada, les habíamos pedido que nos consiguieran unos percebes y aquí están. Fresquísimos y sabrosos. Algunos lo consideran el rey del marisco, supongo que en esto habrá opiniones para todos los gustos.

Aquí tienes otro de los platos que procuramos pedir siempre. El buey de mar (txangurro) al horno. Está exquisito, es una maravilla de sabor y un alarde de cocina marinera.

Francisco Parra, chef del restaurante Barbados, en mayo de 2015 conquistaba el primer premio del VI Concurso de "all i pebre" de El Palmar, por esa razón es una buena decisión pedirlo, un campeón nunca pierde su toque.

Como ya he dicho en este sitio hay cocina y, por eso, también saben hacer una magnífica fidueà de marisco. La bordan, está sensacional, una maravilla. A pesar de todos los extraordinarios productos degustados y disfrutados con anterioridad en este día, la fideuà tuvo su lugar en el podio.

Seguro que después de todo lo que has visto te haces una idea de cómo debía estar esta paella de bogavante. Pues sí, fastuosa, genial, soberbia y magnífica. ¿Se te ocurre algún otro adjetivo? Pues le vale, seguro.

De los postres solo te diré que están a la altura del resto de los platos de la carta, como este hojaldre relleno de mousse de turrón. De una finura espectacular.

De la misma hechura tienes este hojaldre relleno de crema pastelera y frutos secos garrapiñados. A veces lamentas no poder con más de un postre.

Si esta tarta de manzana te parece apetitosa, te digo que te quedas corto.

Hasta al postre más tradicional le saben dar un aire creativo y seductor, mira si no esta calabaza asada.

¿Cómo crees que le pueden llamar a este postre? Pues le han puesto "Lingote de chocolate", casi tan valioso como el oro. Para convencer al más chocolatero.

Rodolfo Valiente es el responsable de este extraordinario cava, así que todas las felicitaciones se las merece él. Elaborado bajo el abanico de Pago de Los Balagueses, con las variedades Chardonnay (25%) y Macabeo (75%), con una crianza de 36 meses en botella sin adición de azúcar. Un vino fino y elegante que no deja indiferente a quien lo prueba.

Este monovarietal de Treixadura es un vino serio al que hay que prestarle atención y disfrutarlo con placer. Está acogido a la Denominación de Origen Ribeiro. Es un vino franco y elegante. Tiene un aroma limpio, con notas cítricas y herbales. En boca se percibe persistente, equilibrado y bien estructurado. Una pasada de vino.

Otro Ribeiro, se están haciendo muy buenos vinos en esta denominación. Este Lagar do Merens 2020 está elaborado con Treixadura 70%, Lado 10%, Torrontes 10% y Loureira+Godello+Albariño 10%. Es un vino de esos que me parecen perfectos, con un color atractivo y brillante, aromas muy variados bien ensamblados, que se van sucediendo según la volatilidad de cada uno de ellos, la cual les va dando la libertad para salir de la copa. En la boca es pura elegancia, con su punto de acidez que lo hace muy fresco, a la vez goloso y persistente, sigue aferrado a tus papilas gustativas mucho rato, para darte todo el placer posible.

Esto fue todo lo que dió de sí una magnífica comida, muy memorable, disfrutada por nueve personas en un momento muy especial.