Da mucha alegría encontrar vinos de tu tierra con este nivel de calidad. Con esta exigencia y rigor en su elaboración, además, sorprendentemente de una variedad que no es habitual en esta zona, pero que procede de vides de entre 120 y 130 años de edad, que han sobrevivido a la filoxera gracias al suelo arenoso sobre el que están plantadas, lo que les confiere cierto marchamo de históricas, desde mi punto de vista.
De una elaboración muy artesanal, con una escasa producción de 800 gr por cepa, le confiere un amplio abanico de aromas que van ampliándose y transformándose conforme el vino se va abriendo en la copa. Elegante y seductor. Fresco, a pesar de su graduación alcohólica, disfrutas por que te llena la boca. Apetece seguir bebiendo.
Y que además está muy bueno.